Ésta fue la apuesta del macronismo en 2017: reunir a los mejores de cada bando para crear una nueva fuerza política, un hipercentro. Ahora está pulverizado como un rompecabezas.
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Por Joëlle MeskensPublicado el 30/06/2024 a las 23:01 horas.
Tiempo de lectura: 2 min
CFue “el atraco del siglo”. El 6 de mayo de 2017, Emmanuel Macron tomó el Elíseo tras un golpe político sin precedentes. Tres años antes, François Hollande, con quien había dado sus primeros pasos, lo había nombrado ministro de Finanzas. Desde Bercy, el ex banquero había organizado en secreto una campaña que conduciría al asesinato del “padre”. A Hollande, agobiado por el persistente desempleo, se le impediría presentarse a la reelección. El camino estaría despejado para aquellos que estuvieran preparados para todas las perturbaciones.
En la Asamblea, la Francia rebelde hace ruido y reina la furia cuando la RN observa la “estrategia del empate”, la de la “normalización”. Cada vez es más difícil encontrar mayorías de proyectos. La perspectiva de una moción de censura votada en otoño por todas las oposiciones convence a Emmanuel Macron de apretar el botón nuclear el 9 de junio.
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