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Si las fuerzas kurdas no son enemigas de Hayat Tahrir al-Sham, el grupo que lidera los ataques contra el régimen sirio y sus aliados, sí lo son de las facciones pro-turcas que participan en los combates. El domingo perdieron la ciudad de Tall Rifaat.
La bandera amarilla y roja de las YPG, las Unidades de Protección Popular, principal fuerza armada de las autoridades kurdas en el noreste de Siria, ondea desde el lunes 2 de diciembre en la Plaza del Reloj de Raqqa. Él no estaba allí el día anterior. Una señal, entre otras, de que los kurdos sirios se están preparando una vez más para la guerra. “No hay pánico entre la población pero sí verdadera preocupación”. explica un investigador de paso por la ciudad. Durante la noche del domingo al lunes, hombres encapuchados tomaron las calles de Raqqa, deteniendo los vehículos conducidos por jóvenes. Unas horas antes, las autoridades kurdas habían emitido una orden de movilización general.
La decisión se produce apenas cinco días después de la ofensiva de grupos armados contra las fuerzas gubernamentales y sus aliados rusos, iraníes y libaneses de Hezbolá. Liderados por los islamistas radicales de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) el viernes
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