El accidente ocurrido el sábado hacia las 8 de la mañana en el río Mosa, en el norte de Francia, podría haber tenido un desenlace dramático. Pero afortunadamente fue más bien un milagro lo que ocurrió esa mañana en Revin, una localidad situada entre Charleville-Mézières y la frontera con Bélgica.
Un hombre de 29 años y su hijo de 11 navegaban por el río a bordo de una embarcación ligera tipo embarcación neumática cuando volcaron y cayeron al agua. Fueron arrastrados por la corriente y, para colmo, “absorbidos” por el túnel que suministra agua a la central hidroeléctrica de la FHYM (Forcehidraulique de la Meuse).
Padre e hijo se encontraron contra las rejas protectoras de este túnel subterráneo de varias decenas de metros y trataron de agarrarse a ellas, en vano, cuenta “L’Ardennais”. Vencidos por la presión del agua, se soltaron y emprendieron un viaje en la oscuridad, con muy pocas posibilidades de tomar aire, precisa el diario.
Afortunadamente, los servicios de emergencia fueron avisados y pudieron intervenir muy rápidamente. Consiguieron localizar a los dos náufragos cerca de una pantalla, una instalación que permite liberar los materiales arrastrados por la corriente para evitar que acaben en las turbinas de la planta hidráulica. El padre y el hijo, que todavía habían recorrido unos cien metros en este túnel subterráneo, fueron sacados del agua y trasladados al hospital.
El hombre resultó levemente herido mientras que el joven se encontraba en estado de hipotermia, informa el medio, que precisa que los bomberos también pudieron sacar su embarcación del río.
