La publicación de Tomás Legrand
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Discutir el fondo de la sentencia de la Corte Penal Internacional es totalmente comprensible, pero calificarla así es un argumento que no ayudará a quienes, en nuestros países donde deploramos un dramático aumento del antisemitismo, luchan contra el odio a los judíos.
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No, los ucranianos que defienden su territorio contra la invasión rusa no son nazis. Quienes –hay algunos incluso en Francia– apoyan esta absurda acusación de Moscú están cegados por su odio a Europa y a la democracia. No, librar la batalla cultural del islamismo en Francia no constituye islamofobia, esta confusión, que delata una incomprensión o un odio hacia el laicismo, perjudica la lucha real contra las discriminaciones reales que socavan nuestra sociedad… del mismo modo, no, la orden de arresto de la CPI emitida contra el Primer Ministro israelí y su ex Ministro de Defensa no lo es, como afirma Benyamin Netanyahu (este último se compara incluso a Alfred Dreyfus) y a varios comentaristas en Francia, una decisión de carácter antisemita.
La sala de cuestiones preliminares de la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto el jueves 21 de noviembre contra Benyamin Netanyahu y su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad presuntamente cometidos en la Franja de Gaza. El ex debate
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