Danzas haka, hombres con rostros tatuados, vestidos con tradicionales abrigos de plumas o empuñando armas ceremoniales de madera, jinetes ondeando banderas: unas 35.000 personas, según la policía, se manifestaron el martes 19 de noviembre en Wellington por los derechos de los maoríes y contra una propuesta de revisión de Tratado fundacional de Nueva Zelanda. La procesión multicolor convergió tranquilamente hacia el Parlamento, donde deberá debatirse el controvertido texto.
Muchos manifestantes llegaron a Wellington después de una caminando (marcha de protesta) de nueve días que comenzó a cientos de kilómetros de distancia, en el extremo norte de Nueva Zelanda.
El proyecto de ley criticado por los manifestantes pretende reinterpretar el Tratado de Waitangi, firmado en 1840 entre los colonos maoríes y europeos de Nueva Zelanda para establecer la paz y considerado el documento fundacional del país. Propuesto por un partido minoritario en la coalición gobernante, este texto prácticamente no tiene posibilidades de ser adoptado, ni siquiera de contar con el apoyo de los demás partidos de la coalición.
Su promotor, David Seymour, es un libertario que se ha opuesto durante mucho tiempo a las políticas que favorecen a los maoríes, quienes estadísticamente tienen más probabilidades de morir jóvenes, vivir en la pobreza o ser encarcelados que el resto de los neozelandeses. Su iniciativa provocó las mayores protestas en Nueva Zelanda en décadas.
Una comunidad de 900.000 miembros
Los críticos del plan, incluidos algunos de los abogados más destacados del país, lo ven como un intento de privar a los 900.000 miembros de la minoría maorí de derechos largamente conquistados y de deteriorar las relaciones raciales. El hecho mismo de haber formulado tal propuesta amenaza con “Dividir Nueva Zelanda de una manera que nunca había visto en mi vida adulta”afirmó la ex primera ministra conservadora Jenny Shipley.
“No aceptaremos la modificación unilateral de un tratado que vincula a dos partes”declaró por su parte Ngira Simmonds, una de las principales consejeras de la reina maorí de Nueva Zelanda.
Se suponía que la ley se debatiría en el Parlamento el jueves, pero la sesión fue interrumpida cuando Hana-Rawhiti Maipi-Clarke, diputada del Partido Maorí de 22 años, se levantó, rompió el proyecto de ley en dos y comenzó a él moriráuna danza tradicional que practican los maoríes durante los conflictos para impresionar a sus oponentes. Otros miembros de su partido se unieron inmediatamente a ella.
Leer también | Nueva Zelanda pide perdón por la violencia sufrida en hospitales psiquiátricos y residencias estatales
Leer más tarde