(Lima) El presidente chino, Xi Jinping, aseguró el sábado a su homólogo estadounidense, Joe Biden, que Beijing trabajará para una “transición suave” en las relaciones entre China y Estados Unidos, durante un último tête-à-tête oficial entre los dos líderes, después de una cumbre de Asia y el Pacífico. cumbre en un contexto de incertidumbres vinculadas a la reelección de Donald Trump.
Publicado a las 16:36
Sandra FERRER y Philippe BERNES-LASSERRE
Agencia France-Presse
Los dos países deberían “seguir explorando el camino correcto” para llevarse bien y “lograr una coexistencia pacífica a largo plazo”, añadió Xi, citado por la agencia estatal Xinhua, durante la reunión que tiene lugar al final de la crisis asiática. Cumbre de Cooperación Económica del Pacífico (APEC).
Joe Biden llegó poco antes de las 16.00 hora local (16.00 hora del este) al hotel donde se aloja Xi Jinping, para esta última reunión antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero.
Los dos mandatarios se encuentran desde el jueves en la capital peruana para participar junto a otros jefes de Estado y de Gobierno en la 31mi edición de la cumbre APEC, que reúne a 21 economías que representan el 60% del PIB mundial.
Durante una sesión de discusión a puertas cerradas por la mañana, el presidente Xi discutió “desafíos como la geopolítica, el unilateralismo y el creciente proteccionismo”. En este contexto, “debemos unirnos y cooperar”, dijo a los líderes de las economías del Pacífico, citado por la televisión estatal china CCTV.
Hacia el “aislacionismo y la negación”
Al clausurar la cumbre, la presidenta peruana, Dina Boluarte, saludó el consenso alcanzado sobre la “hoja de ruta de Lima”, para “promover la transición a la economía formal y global” desde la economía informal, predominante en varios países de la región. Luego entregó la presidencia de APEC a Corea del Sur, que acogerá la cumbre en 2025.
La reunión entre Biden y Xi es la tercera y última, antes de que el demócrata de 81 años ceda la presidencia en enero a Donald Trump. Según funcionarios estadounidenses, este tête-à-tête pretende sacar provecho de la histórica reunión que ayudó a aliviar las tensiones hace un año, en la misma cumbre anual de APEC en San Francisco.
Las relaciones entre China y Estados Unidos se han deteriorado en los últimos años debido a desacuerdos sobre el comercio, el estatus de Taiwán, los derechos humanos y la competencia tecnológica. Sin embargo, el diálogo bilateral se mantuvo lo mejor que pudo.
El asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, subrayó esta semana “la importancia” del encuentro entre ambos líderes para “gestionar las relaciones [bilatérales] en este delicado período de transición.
Según Sullivan, las cuestiones de las tensiones en el Mar de China Meridional y el mantenimiento de las líneas de comunicación (militares en particular) también deberían abordarse durante el tête-à-tête, “no sólo una reunión para decir adiós”.
“Turbulencia” e imprevisibilidad
La sombra de Donald Trump, que ya ha nombrado a miembros de línea dura contra Beijing para su equipo, debe haber flotado sobre sus discusiones.
Durante su campaña, el multimillonario prometió proteger la industria estadounidense, amenazando con imponer aranceles del 10 al 20% a los productos importados y de hasta el 60% a los procedentes de China.
Durante su primer mandato (2017-2021), ya había perturbado profundamente las relaciones económicas bilaterales, al desencadenar una guerra comercial para obligar a Pekín a comprar productos estadounidenses y reequilibrar la balanza comercial.
Ya el viernes, Xi Jinping advirtió “contra el aumento del unilateralismo y del proteccionismo” y consideró que el mundo había “entrado en un nuevo período de turbulencias y transformaciones”.
Preocupación transmitida por Joe Biden, quien estimó, al margen de una reunión con sus aliados en la región del Pacífico, Japón y Corea del Sur, que “hemos llegado a un momento de cambio político importante”. Después de Lima, Joe Biden y Xi Jinping viajarán a Brasil para participar en el G20.