Necesarias para restablecer el orden, según las autoridades, un escondite para otros, estas medidas de policía administrativa que prohíben la circulación nocturna se han convertido en algo habitual en caso de problema, mientras que esta restricción a la libertad de ir y venir sigue siendo la excepción en Francia continental.
La Nueva Caledoniadonde una reforma impugnada por los separatistas y ahora abandonada ha provocado disturbios sin precedentes, vive bajo toque de queda desde hace seis meses.
La medida se aplicó inicialmente sólo en el área urbana de Numea, de 18.00 a 06.00 horas, junto con otras prohibiciones como la venta de alcohol. Impuesta el 14 de mayo tras horas de saqueos e incendios de edificios públicos, fue ampliada a todo el territorio y renovada constantemente, aunque recientemente aligerada.
En un contexto muy diferente, otros territorios franceses de ultramar, abrumados por la delincuencia y la inseguridad en un contexto de elevada pobreza, están recurriendo a toques de queda.
En Mayotte, para luchar contra el robo
TIENE Mayotteisla vecina de Comoras en el Océano Índico, el ayuntamiento de Bandrélé lo decretó para luchar contra los robos.
En Guadalupe, en las Antillas, el prefecto inició en abril la medida para los menores en Pointe-à-Pitre, que se había vuelto “feroz”, según el alcalde. Luego lo amplió en octubre a otros municipios después de que nuevos disturbios e inseguridad empeoraran por los cortes de energía.
En Martinicaotro territorio de las Indias Occidentales, las autoridades respondieron a mediados de septiembre a un movimiento social contra el elevado coste de la vida con un toque de queda en una parte del departamento, que se extendió a todas partes un mes después para contener la reanudación de la violencia.
“Todo el mundo comprende la necesidad de medidas excepcionales para restablecer el orden”, explica Didier Laguerre, alcalde de Fort-de-France, capital de Martinica, “aliviado de que esto ayudará a calmar la situación”.
El toque de queda se ajustó en su ciudad para penalizar menos la actividad económica, los restaurantes, los conciertos y otras actividades de ocio, y luego se levantó el 5 de noviembre.
“El toque de queda por sí solo no resuelve el problema” y “también necesitamos refuerzos de seguridad, medios de investigación diarios”, afirmó, y “cuando dura el toque de queda nocturno, ‘es problemático’.
“Violencia mucho más grave”
El toque de queda, que apareció en la Edad Media para prevenir incendios, se ha activado en Francia en raras ocasiones en la historia reciente, desde la ocupación alemana hasta la guerra de Argelia, los disturbios de 2005 o la pandemia de Covid-19.
Desde 2022, los toques de queda han aumentado, especialmente entre los menores, señala Marie-Odile Diemer, profesora de derecho público en la Universidad de la Costa Azul, pero siguen siendo muy puntuales en la Francia continental, en comparación con los territorios de ultramar.
En estos territorios, “los acontecimientos se desarrollan en dimensiones que no parecen tener una medida común con Francia”, “las consideraciones económicas y sociales son diferentes y la violencia parece mucho más grave porque se asimila a todo el territorio”, afirma.
La magnitud de los daños, las armas utilizadas y el riesgo latente son suficientes para justificar una prórroga.
“Si bien los toques de queda pueden ser muy puntuales, se repiten porque los problemas no se resuelven”, afirmó Diemer, según quien esta medida se activa “automáticamente, como un paraguas” y “oculta todo lo que no se hace, en particular medidas de prevención y educación.
Justicia incautada en las Antillas
A Antillasse contactó a los juzgados para verificar que el toque de queda no era excesivo.
Pero en este ámbito, la jurisprudencia es “impresionista” y “en realidad, caso por caso”, resume Roseline Letteron, profesora de Derecho público en la Universidad de La Sorbona. La insuficiencia de las fuerzas policiales en un territorio determinado es un elemento de evaluación, afirmó.
“El toque de queda no debe rechazarse en principio, siempre que sea proporcionado, evidentemente, y, sobre todo, que vaya acompañado de los medios para aplicarlo”, insiste Olivier Nicolas, primer secretario de la Federación Socialista de Guadalupe.
“El toque de queda sin medios para aplicarlo es casi la libertad de acción dada a nuestros delincuentes”, añade, viendo en la conflagración en Guadalupe una señal “de que se necesita algo más”. “La población está limitada, pero las soluciones a los problemas no están ahí”.