Doce millones de euros en fajos de billetes escondidos en falsos techos y otros ocho millones de euros detrás de mamparas de yeso. En total, agentes de la Oficina de Interior de la Policía Nacional encontraron 20 millones de euros entre las paredes del domicilio del inspector jefe Óscar Sánchez Gil, que no es otro que uno de los jefes de la unidad de delitos económicos y fiscales del Ayuntamiento de Madrid. Policía Judicial, especializada en la lucha contra el blanqueo de capitales. El pasado 6 de noviembre, el registro en el domicilio de este hombre de 48 años, padre de tres hijos, en Villalbilla, localidad situada a 35 kilómetros al este de Madrid, duró más de doce horas. También se descubrió un millón de euros en su despacho, en su comisaría de policía, en Madrid.
Al finalizar su detención policial, la Audiencia Nacional, tribunal superior competente en materia de delincuencia organizada, impuso prisión preventiva al Sr. Sánchez Gil, acusado de “ tráfico de drogas, lavado de dinero, pertenencia a una organización criminal, corrupción y revelación de secretos oficiales “. Nunca un caso de corrupción dentro de la policía nacional había alcanzado tal magnitud. “Era una persona de apariencia austera, todos los compañeros están en shock”explica una fuente policial a mundo.
En total, la policía efectuó quince detenciones, entre ellas la pareja de Sánchez Gil, también policía, así como su cuñada, que había creado una sociedad de licencias VTC en 2018, sospechosa de haber sido utilizada para blanquear dinero. Comisiones pagadas a agentes de policía por los narcotraficantes, a cambio de información sobre las operaciones policiales en curso. Otra parte de los fondos habría sido blanqueada mediante la compra de criptomonedas.
“Un grave problema de corrupción”
Antes de ser designado a la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales hace aproximadamente cuatro años, el señor Sánchez Gil había trabajado durante cinco años en la Unidad de Drogas y Crimen Organizado. Sus contactos con narcotraficantes podrían remontarse a esta época. Ha pasado más de un año, según el diario El Mundoque la policía estaba investigando a este hombre. Sin embargo, su detención se aceleró tras la incautación récord, el 14 de octubre, en el puerto andaluz de Algeciras, de un cargamento de 13 toneladas de cocaína escondidas en contenedores de plátanos procedentes de Guayaquil, Ecuador. Destinado a una empresa importadora de frutas en Alicante, en el sureste de España, este cargamento de cocaína es el mayor jamás incautado en España y el segundo de Europa. Según fuentes policiales, la droga estaba destinada a un cartel de los Balcanes. Los propietarios de esta empresa fantasma, una pareja, huyeron, sin duda después de haber sido advertidos de la redada policial.
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