El fondo para desastres climáticos para los países más vulnerables, creado en la COP28, ya está casi operativo y se prepara para liberar sus primeros fondos en 2025, anunciaron sus responsables el martes en Bakú.
“El fondo para responder a pérdidas y daños está listo para desembolsar sus fondos”, declaró su director ejecutivo, el senegalés Ibrahima Cheikh Diong, durante la firma de protocolos con motivo del lanzamiento oficial del fondo, durante la COP29 en Bakú. Este comienzo muestra que en el gran enfrentamiento sobre la financiación climática entre el Norte y el Sur, el tema central de la COP29, las cosas están avanzando.
Este fondo ha recibido hasta ahora unos 722 millones de dólares en promesas de contribuciones de los países ricos (Alemania, Francia, Emiratos Árabes Unidos, Dinamarca, etc.), tras la contribución de alrededor de 20 millones de dólares anunciada el martes por Suecia.
Una cantidad insuficiente
Pero esta cantidad “está lejos de ser suficiente para compensar el daño infligido a los más vulnerables”, lamentó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Esta cifra corresponde “aproximadamente a los ingresos de los diez futbolistas mejor pagados del mundo”, pero ni siquiera a una cuarta parte de los daños causados en Vietnam por el huracán Yagi en septiembre, añadió.
Adoptado en principio en la COP27 en Egipto y creado con fanfarria en la COP28 en los Emiratos, este fondo está destinado a apoyar a los países más vulnerables que enfrentan la devastación relacionada con las inundaciones y los huracanes que aumentan bajo el efecto del calentamiento global.
Su creación, tras años de duras negociaciones, responde a una vieja y fuerte demanda de los países en desarrollo, muy enojados por sufrir los impactos más fuertes del cambio climático aunque sean los menos responsables de él.
Trabajos largos
Después de un año de trabajo adicional, el fondo ahora tiene un director y una junta directiva (donde los países en desarrollo están mejor representados que en otros fondos internacionales) con sede en Manila, Filipinas. Estructuralmente, sin embargo, el fondo está temporalmente alojado en el Banco Mundial, una decisión tomada a pesar de la hostilidad de los países del Sur.
Según algunas estimaciones, los países en desarrollo necesitan más de 400 mil millones de dólares al año para reconstruirse después de los desastres climáticos. Un estudio sitúa la factura mundial entre 290.000 y 580.000 millones de dólares al año para 2030, e incluso más en el futuro.