DEn el gran bestiario del mundo, el elefante ocupa un lugar especial. Su masa, su memoria, la atención que presta a sus jóvenes, a sus mayores… y a sus muertos son proverbiales. En términos de registros, el paquidermo sigue destacando como el que duerme menos, alrededor de dos horas por noche. Pero pocos imaginan detrás de su torpe apariencia un manipulador de herramientas de excepcional destreza.
Las imágenes tomadas en el Zoológico de Berlín por investigadores de la Universidad Humboldt muestran a la experimentada elefante asiática Mary usando una manguera de jardín para ducharse. El tubo delicadamente sostenido por su trompa, rocía su cabeza, sus orejas, su cuerpo, una pata, la otra pata, por delante, por detrás, con una precisión digna de nosotros los humanos.
¿No puede llegar a la parte posterior de su cuerpo, incluso con el tronco levantado? No importa, agarra la manguera un poco más lejos de la boca y aprovecha la elasticidad de la goma, “como un lazo”subraya el equipo alemán en el artículo que acompaña al vídeo, publicado el viernes 8 de noviembre en la revista Biología actual. Tanto más sorprendente cuanto que María nunca se benefició del más mínimo ejemplo en este ámbito.
Habilidades únicas
La bióloga Lena Kaufmann hizo esta observación por casualidad, mientras trabajaba en tareas de aprendizaje con otro elefante asiático en el zoológico. Rápidamente lo grabó con su teléfono y se lo mostró a sus colegas. “Quedamos muy impresionados por la elegancia del gesto”afirma Michael Brecht, director del laboratorio. Se lanzó un proyecto de investigación para ver hasta dónde podía llegar Mary y si sus cuatro compañeros podían hacer lo mismo.
Esto se debe a que el uso de herramientas es un área importante en el estudio del comportamiento animal. Durante mucho tiempo lo vimos como una exclusividad humana. Jane Goodall, la primera, trajo a los chimpancés a este exclusivo club. Desde entonces, se les han sumado delfines, cuervos e incluso nutrias. Los elefantes también, que utilizan ramas para ahuyentar a los insectos. Excepto que la flexibilidad, la extensión o incluso el flujo de líquido hacen de la manguera de jardín una herramienta. “excepcionalmente complejo”.
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En este juego, Mary demostró habilidades únicas. El macho y las otras tres hembras que comparten su vida en el zoológico no muestran la misma destreza, favoreciendo el uso de su trompa. Mary utiliza la manguera para beber, para llenar su baúl antes de rociarse, y directamente para ducharse, desplegando, como hemos visto, diferentes estrategias según la parte del cuerpo a la que se dirige. Pero no una pipa cualquiera. Además de su ducha favorita, con un diámetro de 24 milímetros, los investigadores le ofrecieron una con una sección de 32 milímetros y otra con un diámetro de 13 milímetros. Utilizó el tubo más ancho, pero con menos frecuencia, y evitó en gran medida el más estrecho.
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