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La incertidumbre gana terreno en Alemania, tras la destitución, el miércoles, por parte de Olaf Scholz, de su ministro de Finanzas y líder de los liberales, Christian Lindner. Una decisión que marca el fin de la ya frágil coalición gubernamental.
Alemania entra en una era de gran incertidumbre el jueves 6 de noviembre tras la ruptura de su frágil coalición de gobierno, tras la elección de Donald Trump. Olaf Scholz seguirá intentando tranquilizar a sus socios europeos durante una reunión en Budapest.
El fin del gobierno de la canciller, registrado de facto el miércoles por la tarde con la salida de todos los ministros liberales, lo que le priva de una mayoría, no podría haber llegado en peor momento para la mayor economía de Europa.
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De hecho, Alemania se enfrenta a una grave crisis industrial y está preocupada por las repercusiones para su comercio y su seguridad de la elección del republicano Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
La canciller intentará disipar las preocupaciones viajando a Hungría el jueves para asistir a una reunión de la Comunidad Política Europea (CPE), formada por los 27 países de la UE y sus vecinos, desde Turquía hasta Ucrania. Le seguirá una reunión informal únicamente de los líderes de los Veintisiete.
Una confianza empañada
La heterogénea coalición gubernamental alemana, que unía a los socialdemócratas y ecologistas de izquierda con los liberales del FDP de derecha, quedó destrozada tras la destitución, el miércoles por la noche, del ministro de Finanzas y líder de los liberales, Christian Lindner.
En cuestión: las profundas diferencias entre ambos bandos sobre la política presupuestaria y económica a seguir: los primeros son partidarios de reactivar la estancada economía nacional mediante el gasto, mientras que los liberales abogan por recortes sociales y una estricta disciplina presupuestaria.
“Necesitamos un gobierno capaz de actuar y que tenga la fuerza para tomar las decisiones necesarias para nuestro país”, afirmó la canciller socialdemócrata. Ante los “ultimátums” de su Ministro de Finanzas, Olaf Scholz consideró que ya no había “confianza suficiente para continuar la cooperación”.
Olaf Scholz todavía espera poder aguantar unos meses para liderar un gobierno minoritario y lograr que se adopten algunas leyes consideradas prioritarias, buscando mayorías caso por caso.
¿Fin del juego a mediados de enero?
En cuanto al presupuesto para 2025, cuya elaboración está en el origen de la crisis actual, existe incertidumbre. De no ser aprobada en el Parlamento, se podría aplicar una versión mínima y reducida a partir de enero. El canciller anunció que allanaría el camino para la celebración de elecciones anticipadas en el país sometiéndose a mediados de enero a un voto de confianza, que tiene todas las posibilidades de perder.
En este caso, la votación, prevista inicialmente para septiembre, podría tener lugar “a más tardar a finales de marzo”, indicó Olaf Scholz.
Las rupturas de una coalición son muy raras en Alemania. Pero el equipo de gobierno se había visto socavado durante meses por disensiones sobre la economía y la inmigración, y por disputas personales.