En segundo lugar está la economía, que el 31% de los votantes considera que es su principal preocupación. Las cuestiones económicas fueron un punto importante en los programas electorales de los dos candidatos que intentaron atraer a diferentes categorías de votantes. Sin embargo, el historial económico de Joe Biden resultó ser bastante bueno, con un crecimiento económico real del 3%, una tasa de desempleo que cayó al 4,1% y una tasa de inflación bajo control del 2,4%.
Le sigue el aborto con un 14%. Según NBC News, dos de cada diez mujeres consideran que el aborto es su principal preocupación frente a sólo el 8% de los hombres. Trump ha adoptado durante mucho tiempo una posición poco clara sobre la cuestión del aborto. Quería dejar que cada estado legislara sobre el tema pero también se rodeó de personalidades que tenían una opinión muy clara sobre el tema. Su compañero de fórmula, JD Vance, es conocido, por ejemplo, por sus posiciones conservadoras y se distinguió durante la campaña por numerosos comentarios sexistas e insultantes, especialmente hacia las mujeres sin hijos.
La inmigración alcanza un 11% en general, con una puntuación más alta entre los hombres (12%) que entre las mujeres (10%). La inmigración fue un punto clave para Donald Trump durante su campaña. Este último acusó en los últimos meses que Joe Biden había permitido que muchos inmigrantes ilegales cruzaran la frontera, provocando un aumento de la criminalidad, según el republicano. Sin embargo, el número de inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos se ha mantenido estable durante unos veinte años en casi 11 millones de personas, según el centro de estudios independiente Pew Research Center.
La política exterior es la gran perdedora en la encuesta con una puntuación del 4%. Vistos los primeros resultados y el liderazgo de Donald Trump, podemos considerar que el discurso antiintervencionista del candidato republicano encontró cierta resonancia entre los votantes, para quienes la política exterior de Estados Unidos no es una prioridad. La situación en Gaza y la guerra en Ucrania empujaron a Joe Biden a tomar decisiones políticas a veces controvertidas dentro de la clase política estadounidense, en particular en relación con las diversas ayudas concedidas a Kiev.
