Publicado el 23 de mayo de 2024 a las 03:30. / Modificado el 23 de mayo de 2024 a las 03:31.
Estos muertos descansan en paz. En el cementerio de Azimpur y en la mezquita del alcalde Mohammad Hanif Jame, los caminos limpios, la abundante vegetación y las tumbas centenarias ofrecen calma y serenidad, en el corazón de las congestionadas calles de la antigua Dhaka. La reciente remodelación del local es obra del gran arquitecto bangladesí Rafiq Azam y su estudio Shatotto – Architecture for Green Living. “El verdor es extremadamente raro en el centro de la capital”, subraya este hombre que se expresa con lirismo y pasión. Por tanto, la idea es explotar todos los espacios posibles y, en este cementerio, reunir a vivos y muertos.
El principio era atrevido y provocó algunas reticencias. El arquitecto se propuso primero evacuar el agua estancada que hacía intransitable una parte del cementerio. “Luego, construimos una pasarela aérea que cruza la copa de los árboles durante más de un kilómetro, para no molestar a quienes presentan sus respetos en las tumbas, y creamos un gran paseo debajo”. Aunque la pasarela todavía está cerrada en un extremo, el cementerio está ahora muy concurrido, al igual que la nueva mezquita contigua, hermosa y luminosa, que combina inspiración mogol y líneas contemporáneas.
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