DESCRIPCIÓN – En 2020, el máximo tribunal, recurrido por Donald Trump, se abstuvo de intervenir en la disputa electoral. Pero los nueve jueces, seis de los cuales están clasificados como conservadores, podrían tener que pronunciarse esta vez. Lo que preocupa a los demócratas.
Enviado especial a Washington
Hace cuatro años, la Corte Suprema de Estados Unidos se negó a considerar las apelaciones presentadas por Donald Trump con la esperanza de que le ayudaran a subvertir el resultado de las elecciones. Unos días antes de la toma de posesión de Joe Biden, el tribunal más alto del país había desestimado varias solicitudes destinadas a anular su victoria en Arizona, Georgia, así como en Michigan, Pensilvania y Wisconsin. Ya entonces, seis de los nueve jueces que lo integraban fueron identificados como conservadores, tres de los cuales acababan de ser nombrados por el presidente republicano. Pese a ello, se negaron a poner en juego el prestigio de su institución por una causa que consideraban poco apoyada.
Una vez más este año, la Corte podría encontrarse en el centro de las disputas postelectorales. Ya se han iniciado cerca de 200 recursos en unos cuarenta Estados, la mayoría de las veces por iniciativa del campo republicano, contra las condiciones de organización de la votación…
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