Con su picadura altamente tóxica, el escorpión se ha convertido en el animal venenoso más mortífero de Brasil, donde la urbanización desenfrenada y el calentamiento global favorecen su proliferación.
Las altas temperaturas actúan “sobre el metabolismo de estos animales, que son más activos, comen y se reproducen más”, explica a la AFP Thiago Chiariello, coordinador de producción de suero antiescorpión en el Instituto Butantan de Sao Paulo.
En su laboratorio, cientos de escorpiones están confinados en frascos o cajas de plástico.
Allí se extrae su veneno para producir este suero distribuido en todas las regiones de este inmenso país de 212 millones de habitantes.
El año pasado se registraron en Brasil más de 200.000 picaduras de alacrán, según el Ministerio de Salud, un 15% más que en 2022.
Esto representa un promedio de casi 550 picaduras por día.
Una de las especies venenosas más extendidas en el país es el escorpión amarillo (Tityus serrulatus), compuesto únicamente por hembras, que se reproducen asexualmente.
Más pequeños y mejor adaptados al entorno urbano que las serpientes, los escorpiones las han superado en el ranking de animales venenosos que han causado más muertes en el país más grande de América Latina.
En 2019, las mordeduras de serpientes mataron a 155 personas en Brasil, frente a 95 por escorpiones, según datos del Ministerio de Salud.
La clasificación se invirtió en 2023: los escorpiones causaron 152 muertes, 12 más que las serpientes.
Depredadores en fuga
“Están distribuidos en áreas más grandes”, dice Paulo Goldoni, biólogo del Instituto Butantan.
Al contrario de lo que se observa en otros animales, la proliferación de escorpiones, algunas de las cuales son inofensivas, se ve favorecida por la expansión urbana, que ahuyenta a sus principales depredadores.
“En la naturaleza, algunas aves, lagartos y sapos comen escorpiones, pero no se acercan a las ciudades”, subraya Thiago Chiariello.
Sin mencionar que las cucarachas, el alimento favorito de estos arácnidos, pululan en el calor de los espacios urbanos de Brasil.
“Debemos tomar precauciones, como evitar dejar basura tirada por ahí”, advierte Chiariello.
Su equipo se encarga de una misión extremadamente precisa: utilizar unas pinzas para dirigir la picadura del escorpión hacia un pequeño recipiente donde se recoge el veneno.
Este veneno se “inyecta en caballos”, que son más resistentes y producen más anticuerpos que los seres humanos.
“Luego viene todo un trabajo de purificación de la sangre del caballo para obtener el producto final, el suero”, describe Paulo Goldoni.
Foto AFP
“Salvar vidas”
“El suero es la única manera de salvar vidas”, señala este biólogo, precisando que la picadura del escorpión amarillo puede ser mortal para personas mayores o niños que pesen menos de 20 kg.
En 2023, más de 11.000 personas recibieron una dosis de suero antiescorpión en Brasil, la mayoría en las regiones densamente pobladas del Sudeste, según las autoridades.
El veneno de escorpión contiene una “cantidad exorbitante” de elementos tóxicos, que pueden provocar “un aumento de la presión arterial y problemas cardíacos o pulmonares”, advierte Goldoni.
Constantemente se traen al instituto nuevos ejemplares de escorpiones para satisfacer la creciente demanda de suero.
“En caso de escasez de suero, el número de muertes habría sido seguramente mucho mayor”, advierte el biólogo.