Con una temperatura media de 15,03°C, o 1,58°C más que un mes de abril normal en el clima de la era preindustrial, abril de 2024 no escapa a la regla de los máximos récord establecidos mensualmente desde junio de 2023.
Una situación cada vez más preocupante. El mundo volvió a experimentar temperaturas “notables” en abril, marcadas por un nuevo récord mensual de calor en la tierra y en la superficie de los océanos, según el último informe del observatorio europeo Copernicus publicado este miércoles 8 de mayo.
El fenómeno climático natural El Niño “siguió debilitándose”, sugiriendo un posible respiro más adelante en el año, pero sin cambiar nada en la tendencia subyacente de calentamiento alimentado por la combustión masiva de petróleo, carbón y gas fósil.
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Desde junio del año pasado, cada mes ha batido su propio récord de calor mensual. Abril de 2024 no es una excepción a la regla, con una temperatura media de 15,03°C, o 1,58°C más que un abril normal en el clima de la era preindustrial (1850-1900).
En los últimos 12 meses, la temperatura global ha sido en promedio 1,61°C más alta que en la era preindustrial, superando el límite de 1,5°C establecido por el acuerdo de París de 2015. Sin embargo, esta anomalía debe señalarse en promedio durante los últimos 12 meses. Hace falta varias décadas para considerar que el clima ha alcanzado este umbral crítico.
“Aunque es inusual, ya en 2015/2016 se observó una serie de récords mensuales de este tipo”, especifica Copernicus.
Sin embargo, estas cifras muestran “cuán notables son las condiciones de temperatura global que estamos experimentando actualmente”, subraya Julien Nicolas, climatólogo del Departamento de Cambio Climático de Copernicus (C3S), durante una entrevista con la AFP.
El mes pasado fue el segundo abril más cálido jamás registrado en Europa, al igual que marzo y todo el período invernal.
“Cada grado adicional de calentamiento climático va acompañado de fenómenos climáticos extremos, más intensos y más probables”, recuerda Julien Nicolas, mientras que las últimas semanas han estado marcadas por olas de calor extremas en Asia, desde la India hasta Vietnam, mientras que el sur de Brasil sufrió inundaciones mortales.
El Niño se calma, ¿hora de La Niña?
El fenómeno climático natural El Niño “siguió debilitándose” en abril para avanzar hacia “condiciones neutrales”, estima Copérnico. Esta variación natural afecta a la zona ecuatorial del Océano Pacífico e induce el calentamiento global.
El Niño “alcanzó su punto máximo a principios de año”, señala Julien Nicolas, lo que puede explicar un ligero cambio en las temperaturas medias en abril con respecto a marzo.
“Las proyecciones del modelo indican una posible transición a condiciones de La Niña en la segunda mitad del año, pero las condiciones aún son bastante inciertas”, continúa el climatólogo.
La Niña es la contraparte de El Niño, que produce efectos opuestos. Pero el fin de El Niño no cambiará la tendencia subyacente al calentamiento.
“Este fenómeno se superpone a tendencias a largo plazo que persisten y están directamente relacionadas con el calentamiento ligado al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera y a las cantidades de calor absorbidas y almacenadas, especialmente en los océanos”, subraya de nuevo.
¿Hacia nuevos récords en 2024?
Estas tendencias seguirán “empujando las temperaturas globales hacia nuevos récords”, predice Carlo Buontempo, director del C3S. A finales de marzo, la ONU ya había advertido que existía una “alta probabilidad” de que 2024 registre temperaturas sin precedentes, mientras que 2023 concluye una década de calor récord, empujando al planeta “al borde del abismo”.
Para Julien Nicolas, sin embargo, es “todavía un poco pronto” para predecir si se batirán nuevos récords, ya que 2023 fue excepcional.
