Rusia | Putin, presidente investido, promete la victoria a los rusos

Rusia | Putin, presidente investido, promete la victoria a los rusos
Rusia | Putin, presidente investido, promete la victoria a los rusos
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(Moscú) Vladimir Putin prestó juramento el martes para un quinto mandato al frente de Rusia, hasta 2030, prometiendo a sus compatriotas ganar “juntos” en medio de un conflicto armado contra Ucrania presentado como existencial.


Publicado a las 6:50 am.

Actualizado a las 8:02 a.m.

Durante una ceremonia en el Kremlin en presencia de 2.500 invitados, entre ellos la élite política del país y soldados que luchan en Ucrania, el presidente ruso, de 71 años, pronunció un breve discurso solemne.

“Es un gran honor, una responsabilidad y un deber sagrado”, declaró, agradeciendo a los “héroes” que luchan en el frente.

“Superaremos este período difícil con dignidad y seremos aún más fuertes”, añadió el líder ruso, según un periodista de la AFP presente en el lugar.

En plena tensión con Occidente, partidarios de Kiev contra la ofensiva rusa, aseguró que Moscú no rechaza el “diálogo” con estos últimos, sino que “la elección depende de ellos”.

“Es posible una discusión sobre temas de seguridad y estabilidad estratégica […]pero sólo en pie de igualdad, respetando los intereses de todos”, afirmó.

La víspera, ordenó la realización de ejercicios nucleares cerca de Ucrania en respuesta, según el Kremlin, a declaraciones consideradas amenazadoras por los líderes occidentales, en particular la del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre el posible envío de tropas a Ucrania.

“Somos un pueblo unido y grande, y juntos superaremos todos los obstáculos. […] Juntos venceremos”, concluyó Vladimir Putin.

A continuación asistió a una ceremonia religiosa en presencia del patriarca Kirill, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa y firme partidario del Kremlin.

Poder indiscutible

El jefe de Estado ruso, en el poder desde hace casi un cuarto de siglo, disfruta de un poder indiscutible en Rusia tras el aplastamiento de las últimas voces disidentes tras el conflicto en Ucrania.

Volverá a ocupar el cargo hasta 2030, con la posibilidad de cumplir otro mandato hasta 2036.

Su toma de posesión tuvo lugar este año dos días antes del aniversario de la victoria soviética del 9 de mayo contra la Alemania nazi, cuya celebración es un pilar de la política de poder de Vladimir Putin, que dice estar luchando contra los “neonazis”.

La ceremonia coincide también con una situación más favorable en el frente para el ejército ruso, que había sufrido humillantes reveses en la primavera y el otoño de 2022, durante los primeros meses de su ataque a gran escala contra Kiev.

En las últimas semanas, los ataques rusos en el este de Ucrania han aumentado en intensidad y han permitido la captura gradual de varias localidades, en particular en la zona de la ciudad clave de Avdiïvka, conquistada a mediados de febrero.

Enfrente, las tropas de Kiev carecen de municiones y reclutas después de su fallida contraofensiva en el verano de 2023. Esperan la llegada de nueva ayuda estadounidense, mientras la industria de defensa rusa funciona a toda velocidad.

“Ni paz ni libertad”

A mediados de marzo, tras una votación oficialmente ganada con más del 87% de los votos emitidos, Vladimir Putin ya había pintado el retrato de una Rusia “unida” detrás de él y su ejército.

Occidente, liderado por Washington, había criticado por su parte una votación forzada, pocas semanas después de la muerte en prisión, el 16 de febrero, del principal opositor ruso, Alexei Navalny.

En el exilio en el extranjero, la viuda de este último, Yulia Navalnaïa, que ha jurado continuar su lucha, fustigó a Vladimir Putin en un vídeo publicado el martes pocos minutos antes del inicio de la ceremonia de toma de posesión.

“Con él al mando, nuestro país no tendrá paz, ni desarrollo, ni libertad”, afirmó.

El lunes, la diplomacia ucraniana estimó por su parte que esta toma de posesión pretendía dar “una ilusión de legalidad” al poder permanente de Putin, que, según Kiev, ha transformado a Rusia “en un Estado agresor” y “en una dictadura”.

Los principales miembros de la oposición rusa se encuentran ahora en el exilio o en prisión, al igual que cientos de personas comunes y corrientes que han expresado su oposición a la ofensiva de Moscú contra su vecino ucraniano.

Sin embargo, el jefe del Kremlin se enfrenta a varios retos, en particular económicos, mientras que el resultado del conflicto en Ucrania, muy mortífero, todavía parece incierto.

La inflación, impulsada en particular por la explosión del presupuesto federal, ligada al gasto militar, sigue siendo persistente y preocupa a la población, cuyo poder adquisitivo ya está lastrado por los efectos de las sanciones occidentales.

Y la economía rusa, todavía dependiente de los ingresos de los hidrocarburos, también debe negociar un giro, según Vladimir Putin, hacia Asia, incluso si todavía falta la infraestructura necesaria, costosa y larga de construir.

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