Fue lanzado por la Comisión en diciembre de 2017 contra Polonia debido a la preocupación por las reformas judiciales implementadas por el partido nacionalista Ley y Justicia (PiS), en el poder hasta 2023, acusado de socavar la independencia de los jueces. Las relaciones entre la UE y Varsovia han experimentado un resurgimiento desde la derrota del PiS en las elecciones legislativas de octubre y la llegada al poder de fuerzas proeuropeas lideradas por Donald Tusk.
Para la Comisión, “ya no existe un riesgo claro de una violación grave del Estado de derecho en Polonia en el sentido del artículo 7 del Tratado de la UE”. Subraya que este país ha puesto en marcha una serie de medidas para responder a las preocupaciones sobre la independencia de su sistema judicial, ha reconocido la primacía del derecho europeo y se ha comprometido a aplicar las decisiones del sistema de justicia de la UE y del Tribunal de la Unión Europea de Derechos Humanos.
“Amenaza sistémica” a los valores de la UE
El Ejecutivo europeo saluda el plan de acción sobre el Estado de Derecho presentado en febrero por Varsovia, así como la decisión de este país de participar en la Fiscalía Europea. Esta decisión se presentará a los ministros de los 27 durante el Consejo de Asuntos Generales del 21 de mayo, durante el cual podrán presentar sus observaciones. La Comisión pondrá entonces fin formalmente al procedimiento. El procedimiento del artículo 7 solo se ha iniciado contra otro Estado miembro: la Hungría de Viktor Orban, esta vez por iniciativa del Parlamento Europeo, en septiembre de 2018, debido a una amenaza “sistémica” a los valores de la UE en este país.