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En Rusia existe una herramienta muy eficaz, pero terriblemente inmoral, para deshacerse de un alborotador.

En Rusia existe una herramienta muy eficaz, pero terriblemente inmoral, para deshacerse de un alborotador.
En Rusia existe una herramienta muy eficaz, pero terriblemente inmoral, para deshacerse de un alborotador.
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Metódicamente, el economista ha estado llevando a cabo una importante operación de limpieza dentro de las elites armadas desde que llegó al poder, tanto para racionalizar el gasto militar… como para eliminar a personalidades perturbadoras.

En Rusia existe de hecho una herramienta muy eficaz, pero terriblemente inmoral, para deshacerse de un alborotador: el kompromat. Esta estrategia implica revelar, o amenazar con hacerlo, un conjunto de revelaciones comprometedoras –reales o falsificadas– para destruir la reputación de una persona. El primer ejemplo notable bajo Vladimir Putin fue el caso Skuratov, que lleva el nombre del ex fiscal general del país que inició varias investigaciones anticorrupción. Fue despedido en 1999 por un vídeo pornográfico en el que aparecía con dos prostitutas… completamente inventado. Aunque el interesado alegó su inocencia, Vladimir Putin, entonces director del FSB, confirmó sin pestañear la autenticidad de este vídeo.

Una verdadera especialidad soviética, el kompromat hoy en día se ve facilitado por las redes sociales y la inteligencia artificial. Para mantener la credibilidad de este tipo de operaciones, la estrategia más común ahora es acusar a la víctima de corrupción. Un motivo que hace que un desalojo sea más aceptable a los ojos de la opinión pública.

“Los rusos mantienen bastante bien la imagen de personas pacíficas que no hacen daño a nadie, pero que son despiadadas cuando son atacadas”

Hogar institucional

El último despido por corrupción es el de Denis Putilov, jefe del servicio blindado del Distrito Militar Central. Detenido el 18 de septiembre, este último está acusado de haber aceptado un soborno de 10 millones de rublos (o 96.600 euros) a cambio de la adjudicación de contratos de reparación y mantenimiento de vehículos militares a un empresario llamado “Chudinov”.

El caso de Denis Putilov no es ni mucho menos un caso aislado. Ivan Populovsky, Andrey Chekmazov, Valery Mumindzhanov, Pavel Popov… Todos estos altos mandos militares rusos están detenidos desde el 6 de agosto. Y todos están acusados ​​de haber recibido sobornos o malversación de fondos.

En 2024 ya se han abierto 497 investigaciones relacionadas con la industria de defensa rusa

Hasta ahora, el Comité de Investigación Ruso –organismo federal supervisado por la administración presidencial– ya ha abierto 497 casos relacionados con la industria de defensa en 2024, lo que representa un aumento de casi el 40% en un año.

¿Son todos estos resultados resultado de kompromat? “El problema con kompromat es que realmente no podemos observar lo que sucede dentro de los muros del Kremlin, donde las cosas se vuelven cada vez más ocultas y borrosas.analiza Katlijn Malfliet, profesora emérita de la KULeuven, especializada en política rusa. Vemos el resultado, pero no cómo funciona. Y cuando podemos tocarlo, ya es demasiado tarde. Ya está ejecutado.

En Rusia, la purga continúa pese a las desmentidas del Kremlin

¿Todos corruptos?

Difícil de reconocer, el kompromat ha dado forma al funcionamiento de las instituciones rusas durante décadas, sellando la lealtad de las elites al Kremlin, tanto adoradas como temidas. “Vladimir Putin se está convirtiendo cada vez más en un zar, especialmente desde la anexión de Crimea en 2014. Ya no acepta ningún comportamiento desleal. Cualquiera que sea sospechoso de ser infiel al Kremlin puede ser atrapado por un kompromat y eliminado de la red, porque todo el mundo tiene algo que reprocharse. Y Vladimir Putin siempre ha contado con la ayuda de sus colegas de los servicios secretos, siendo él mismo un ex agente de la KGB.“Con un sistema así, la cultura de comprometer archivos se ha vuelto típica de la sociedad rusa.

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Vladimir Putin siempre ha contado con la ayuda de sus colegas de los servicios secretos, siendo él mismo un ex agente de la KGB.

En cuanto a la veracidad del motivo de la acusación, no hay humo sin fuego. Pero en Rusia, el régimen político se basa en una continua ambigüedad entre “corrupción” y “clientelismo”. La administración semipresidencial está profundamente estructurada en torno a una red informal más amplia que reúne a varios grupos influyentes, como los oligarcas y los siloviki. Como explica Katlijn Malfliet: “es una especie de sistema neomedieval donde los servicios secretos tienen todo en control, tanto la economía como la política.“En ausencia de un límite legal estricto, lo que se acepta un día puede volverse ilegal al día siguiente, según los deseos del zar y sus compinches.

Por cierto, Katlijn Malfliet también advierte que “Kompromat es una política fuerte que también se desarrolla en la política exterior.. Este es un peligro para nuestro sistema democrático. Va contra el estado de derecho.

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