Una hora. Este es el tiempo que pasaron los emisarios de la Agrupación Nacional (RN), el viernes 10 de enero, en la oficina del dúo de Bercy, Eric Lombard y Amélie de Montchalin. Basta escuchar un panorama de la economía francesa del nuevo Ministro de Economía, que lamentó la ausencia de Marine Le Pen y Jordan Bardella, invitados personalmente. Pero por el momento apenas hay discusión sobre los detalles de sus propuestas. Jean-Philippe Tanguy, diputado RN por el Somme, habla como un amante despreciado: “Nos recibió porque tenía que hacerlo, pero tuve la sensación de que estaba pensando en los demás…”
Mientras la delegación de socialistas, ecologistas y comunistas discute día y noche con los gabinetes de Bercy, la RN queda reducida a un lugar olvidado de oposición, al menos por el momento. Olvidado, el papel central desempeñado por Marine Le Pen en los días que precedieron a la censura del gobierno de Michel Barnier; desaparecieron, las “líneas rojas” presupuestarias fijadas para su gabinete para no derrocarlo. Marine Le Pen, que delegó en Tanguy la respuesta a la declaración de política general de François Bayrou, que debía tener lugar el martes 14 de enero, sigue perdonando públicamente al Primer Ministro. No tiene previsto votar la primera moción de censura que La France insoumise pretende presentar. Desde el nombramiento de François Bayrou, la RN cree que su personalidad, su fuerte deseo de ocupar su puesto y su presunta independencia frente a Emmanuel Macron facilitarán “el marco para las discusiones”según la expresión del líder de la extrema derecha.
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Francia