Los atentados de enero de 2015 y luego los de noviembre pusieron en primer plano al fiscal de París, François Molins. A través de sus ruedas de prensa, el magistrado interfirió en los domicilios de los franceses.
“No hay mirada de cámara pegada al teleprompter, sino ojos que se tranquilizan leyendo un periódico”, Luego describió a Pascale Robert-Diard y Emeline Cazi en El mundo. “Fondo blanco, luego fondo azul, única concesión a los códigos de comunicación. Sin preguntas, sólo una declaración. Hechos, fechas, horas, cifras. Sujeto, verbo, complemento, indicativo imperfecto. Las palabras a veces tropiezan, la voz conserva un fondo áspero, los brazos se aburren de ser demasiado grandes. Y sin embargo, mientras él hable, no lo dejamos ir. El fiscal de París, François Molins, es la voz de los ataques. »
La notoriedad de este hombre en el sector, que entonces tenía 62 años, va mucho más allá del círculo de quienes trabajan habitualmente con él. Todos esperan sus explicaciones. “Era obvio que teníamos que comunicarnos. Era necesario saber qué estaba pasando. Pero hay que tener cuidado de no caer en la inmediatez mediática”especificó el Sr. Molins en mundo tras ocho años de retrospectiva. Él explica que “Todo fue preciso, nada fue improvisado”.
En septiembre de 2016, el hombre concedió una rara entrevista a mundo. En este intercambio, liderado por Jean-Baptiste Jacquin, Julia Pascual y Soren Seelow, explica por qué decidió calificar los delitos relacionados con el terrorismo (hasta entonces considerados faltas) como delitos, punibles por tanto con veinte o treinta años de prisión. prisión en lugar de diez años.
“Se trata de proteger a la sociedad manteniendo a estas personas en prisión por más tiempo, Luego explica el magistrado. Este primero tiene una función de rehabilitación y resocialización. Pero no se le da de beber a un burro si no tiene sed. Cuando nos topamos con individuos impregnados de esta mortífera ideología, mantenerlos encerrados tal vez no sea la misión más noble, al menos tiene la virtud imperativa de proteger a la sociedad. »