Marisa Paredes, una gran dama del cine español, falleció el martes en Madrid a causa de un fallo cardíaco. Ella tenía 78 años.
Si bien actuó en 75 películas, será mejor recordada por las cinco películas que protagonizó y dirigidas por Pedro Almodóvar: “Dark Habits” (1983), “High Heels” (1991), “La flor de mi secreto” (1995). , “Todo sobre mi madre” (1999) y “La piel que habito” (2011). De todas ellas, pensó que había realizado una de las mejores actuaciones de su carrera en “La flor de mi secreto”, que marca el comienzo del regreso de Almodóvar a sus raíces y al mundo de su madre, una reconexión que continúa hasta el día de hoy. .
En “La flor de mi secreto”, Paredes interpretó a una elegante novelista romántica que al principio parecía un pez fuera del agua en el pueblo donde nació.
En la vida real, Paredes tenía una elegancia natural, agravada por sus vestidos favoritos de la diseñadora española Sybille, que según JA Bayona, en reacción a su muerte, le daban “un aura de mito”. Sin embargo, añadió, “ella era amigable, empática y siempre atenta”.
Paredes nació hija de un conserje en una España empobrecida de la posguerra civil en la clase trabajadora Plaza de Santa Ana, en el centro de Madrid. Apareció brevemente en una obra maestra de Fernando Fernán Gómez, “El Mundo Sigue” (1965), pero realmente se curtió actuando en teatro clásico, Chéjov, Dostoievski e Ibsen, televisado por la cadena pública RTVE.
Luego actuó con los directores clásicos modernos de España, comenzando con Fernando Trueba en su debut de 1980, “Opera Prima”, en un papel que se burlaba de su aire de gran dama y mostraba su sentido del humor. Posteriormente vinieron papeles protagónicos, sobre todo en “En una jaula de cristal” (1986), de Agustí Villaronga, pero también en “Deep Crimson” (1996) y “Nadie le escribe al coronel” (1999), del mexicano Arturo Ripstein, y “Deep Crimson” (1996), de Guillermo del Toro. La columna vertebral del diablo” (2001).
A pesar de su aire de glamour, nunca olvidó sus propios orígenes. Elegida presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, respaldó en los Premios Goya de 2003 las protestas en el escenario de múltiples ganadores en apoyo a la invasión de Irak brindada por el gobierno de centroderecha de José María Aznar.
Paredes es un sobreviviente de su pareja de una década, Chema Prado, exdirector de Filmoteca Española, y de su hija, María Isasi.