Un violento terremoto de magnitud 7,3 sacudió la isla de Vanuatu en el Pacífico el martes por la mañana, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Testigos presenciales informaron de una destrucción masiva en la capital, Port Vila, con al menos una persona muerta y varios edificios derrumbándose, incluido un edificio que albergaba las embajadas de Estados Unidos y Francia.
Vídeos documentados mostraron las grietas del edificio que alberga las embajadas de Estados Unidos y Francia, además de otras representaciones diplomáticas como la embajada de Nueva Zelanda.
Michael Thompson, residente de Port Vila, dijo en una llamada telefónica vía satélite que la planta baja del edificio quedó aplastada bajo los pisos superiores, lo que provocó graves pérdidas.
El terremoto, que se produjo a sólo 43 kilómetros de profundidad bajo el mar, a 30 kilómetros al oeste de la capital, Port Vila, provocó deslizamientos de tierra y el colapso de importantes puentes, y varios edificios resultaron dañados en todo el archipiélago. Testigos presenciales dijeron a la Agencia France-Presse haber visto cadáveres en las calles de la capital, lo que refleja la magnitud del desastre.
Tras el terremoto, el Centro de Alerta Temprana de Tsunamis del Pacífico advirtió sobre el peligro de olas de tsunami, señalando que se habían detectado olas que alcanzaron una altura de un metro frente a la costa de Vanuatu. El centro también esperaba olas más bajas en los países vecinos del Océano Pacífico, como Fiji, Kiribati, las Islas Salomón y Tuvalu. Unas horas más tarde, el centro anunció que la amenaza de tsunami había pasado.