Reflejando la crisis política francesa, el vicecanciller Robert Habeck expresó su preocupación por la debilidad de su país y las democracias vecinas.
Precisamente a las 13.00 horas del lunes, Olaf Scholz inició un discurso de treinta minutos ante el Bundestag, al final del cual puso el destino de su gobierno en manos de la Asamblea. Su oponente conservador, Friedrich Merz, reaccionó con dureza, seguido por todas las facciones del Parlamento. Después de lo cual, como era de esperar, este último retiró su confianza en el canciller.
Finalmente, el jefe de Gobierno se desplazó al castillo de Bellevue, residencia del presidente Frank-Walter Steinmeier, quien asumirá la responsabilidad última de convocar elecciones legislativas anticipadas el 23 de febrero. Un acontecimiento así no había ocurrido en Alemania desde hacía veinte años y el fracaso del gobierno de Schröder.
Coalición sin precedentes
Así cayó oficialmente, antes de mandato, el Gobierno de Olaf Scholz, que pasó a ser minoría después de que destituyera a su ministro de Finanzas, Christian Lindner. La experiencia de la coalición tripartita sin precedentes que reunió a socialdemócratas, ecologistas y liberales…
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