Reseña televisiva “Tatort” –
Thiel y Boerne cazan al Indiana Jones de Renania del Norte-Westfalia
En Münster, al habitual slapstick se le une por una vez algo de profundidad. Eso le sienta bastante bien al dúo.
Publicado: 15 de diciembre de 2024, 21:00
Suscríbete ahora y benefíciate de la función de lectura en voz alta.
BotTalk
“No creo en Dios, creo en ti”, le dice. A ella, la supuesta viuda, le acaban de adjudicar el seguro de vida de su marido supuestamente fallecido, casi 4 millones de euros. Él es el abogado que hizo esto posible para ella. Ella, encantada y casi un poco cautivada por él. Él, momentos después: muerto.
El dúo “Tatort” de Münster, Thiel y Boerne, debían aclarar cómo se podía llegar a esto. Y nosotros, como espectadores, los miramos bastante relajados, porque en la siguiente secuencia vemos que Jonas Prätorius (Christian Erdmann) no está muerto en absoluto, sino que brinda por el fraude de seguros con su esposa Doreen (Cordeliawege), el abogado Oskar Weintraub (Nils Brunkhorst) descubre a los dos por casualidad y luego Praetorius lo empuja fuera de la galería, donde termina en un asador.
Incluso en el matrimonio nada es lo que parece
El estilo narrativo abierto le da al guión de Sascha Arango espacio para algunos títeres, aunque el personaje slapstick del dúo Münster se interpone repetidamente en la historia más profunda sobre el personaje principal secreto Doreen Prätorius.
Su marido era o es un coleccionista de tesoros culturales de todo el mundo, pero pronto resulta que ha construido su existencia como el Indiana Jones de Renania del Norte-Westfalia únicamente en torno a este fraude de seguros. Doreen debe darse cuenta de que todo el matrimonio se basa únicamente en mentiras.
Su transformación de cómplice de fraude a co-investigadora se escenifica dramáticamente; en un momento dado, en su desesperación, ya está de pie en la torre de la iglesia, se quita los zapatos y escribe su carta de despedida, solo para presentarse a la policía un poco más tarde y mienten de forma notablemente transparente.
La trama la lleva en su totalidad la pareja Praetorius que se está desmoronando, mientras Thiel y Boerne deambulan como de costumbre una vez más. Obviamente, Thiel tiene debilidad por Doreen Prätorius, mientras que Boerne presenta firmemente sus absurdos. El vídeo de despedida del aparentemente muerto Praetorius está tan exageradamente mal hecho que la grotesca conferencia ornitológica del excéntrico profesor es casi un medio digno de exponerlo. Y al final, cuando el aire literalmente se está volviendo más fino para los dos en el búnker de emergencia, Boerne primero se sube a la bicicleta estática para calmarse.
Es gracioso, sin duda, pero no encaja bien con la dramática escalada en el matrimonio de Praetorius. Como el asesinato en sí ya se resolvió hace tiempo, la tensión se reduce a si Thiel y Boerne alcanzarán la iluminación lo suficientemente rápido como para detener a Praetorius, que está huyendo. No se trata de mucho más que eso. Pero un poco de profundidad viene bien para la habitual payasada de Münster.
¿Encontró un error? Informar ahora.
4 comentarios