El Banco Central Europeo (BCE) no quiso acelerar su apoyo a la economía. Si bien una minoría de banqueros centrales de la eurozona presionó para reducir las tasas de interés más rápidamente, optaron por mantener su velocidad de crucero en su reunión del jueves 12 de diciembre. Por cuarta vez este año, bajó su tasa clave en 0,25 puntos, del 3,25% al 3%. En total, la caída desde junio es, por tanto, de un punto.
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Esto es sólo el comienzo. “La dirección es clara”reconoce Christine Lagarde, su presidenta. El BCE continuará con sus recortes en 2025, y los mercados financieros cuentan con un tipo de interés que alcanzaría el 2% en junio y luego caería ligeramente por debajo de este nivel en la segunda mitad del año.
Sin embargo, esta decisión y el tono de la conferencia de prensa que siguió decepcionaron a los mercados, que esperaban una señal más clara de flexibilización monetaria. El tipo de interés francés a diez años volvió a subir, del 2,88% al 2,97%. “El comunicado de prensa del BCE fue un poco más duro de lo que esperábamos, no hubo un cambio real de tono”estima Salman Ahmed, de la gestora de activos Fidelity International.
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