Juzgado durante tres meses por el tribunal penal departamental de Vaucluse, Dominique Pelicot y 50 hombres están acusados de haber violado a su ex esposa mediante sumisión química. Entre ellos, Vincent C., cuyas respuestas provocaron la salida única de Gisèle Pelicot de la sala del tribunal.
Durante más de tres meses, Liberación seguido el juicio por violación de Mazan en el tribunal judicial de Aviñón. El principal acusado, Dominique Pelicot, es el artífice de un extenso sistema de violencia sexual bajo sumisión química, en el marco del cual violó e hizo violar a su entonces esposa, Gisèle Pelicot, por desconocidos reclutados en línea. Junto a él, 50 coacusados subieron al estrado ante el tribunal penal departamental de Vaucluse. Liberación elabora los perfiles de estos hombres, la mayoría de los cuales están procesados por “violación agravada”, antes del veredicto previsto para el 20 de diciembre.
Nombre: Vicente C.
Edad : 43 años.
Profesión : empleado en carpintería en el momento de su encarcelamiento.
Hechos : dos visitas a Mazan, la noche del 27 de octubre de 2019 y luego la noche del 1 de enero de 2020.
Estado : aparece detenido.
Frase requerida: 15 años de prisión penal.
Vincent C. dice que empezó a beber y fumar cannabis después de presenciar la muerte de un amigo en un accidente automovilístico. En el banquillo, también se puso a llorar al contar haber presenciado la muerte de su bisabuela a quien tanto amaba, a los 8 años. “Tuve que superar eso, no sé si lo superé”dijo sollozando. Su emoción se evaporó repentinamente a la hora de abordar los hechos que niega, en bloque. En coco.fr, “busco aventuras de una noche o encuentros con parejas”explica, destacando que las propuestas no eran tan comunes. “No es un supermercado de cocos, ¿verdad?” exclamó, provocando la primera y última salida de Gisèle Pelicot, exasperada, de la sala.
Para justificar su primera visita a la casa de Pelicot, Vincent C. dijo que creía “a un plan libertino”. Ya no sabe muy bien si Dominique Pelicot le habló de los somníferos que le administraba a su mujer, pero admite que una vez que llegó se lo contó. “Vamos, despertémosla”pero notó que ella estaba durmiendo. La presencia del marido le da confianza. “Pero el consentimiento no puede ser transmitido por un tercero”. subraya Antoine Camus, uno de los abogados de Gisèle Pelicot, al interrogarla. Respuesta, en el mismo tono amorfo: “No lo sabía”. Regresó allí unos meses más tarde, después de haber sido contactado, según él, por Dominique Pelicot, quien le dijo que su esposa había “amar” Mira el vídeo de su primera visita. “Creo que en ese momento satisfice más a la pareja que a mí mismo. Puede que sea difícil de oír, pero… eso es todo”.
France