La solicitud de liberación del escritor franco-argelino Boualem Sansal fue rechazada por la sala de acusación del tribunal de Argel, confirmando así su detención continua. Detenido en el aeropuerto de Argel el 16 de noviembre y encarcelado en la prisión de Koléa, el autor de Juramento bárbaro está acusado de poner en peligro la seguridad del Estado en virtud del artículo 87 bis del Código Penal argelino.
Sin embargo, desde su arresto, los cargos precisos y las circunstancias de su detención siguen rodeados de total opacidad, alimentando un clima de vaguedad e injusticia. Su abogado francés, François Zimeray, no estaba autorizado a viajar a Argelia, ya que las autoridades le negaron el visado. Esta negativa, denunciada como un claro obstáculo a los derechos de la defensa, subraya la incompatibilidad entre el procedimiento judicial argelino y los compromisos internacionales del país en materia de juicio justo.
Contexto legal conflictivo
La detención de Boualem Sansal se produce en un clima político tenso, donde la libertad de expresión parece cada vez más atacada. Los cargos contra el escritor seguramente tienen su origen en sus polémicas declaraciones a los medios Fronterascercano a la extrema derecha francesa. Durante esta entrevista, expuso tesis históricas sobre las fronteras argelino-marroquíes, señalando la arbitrariedad colonial que, según él, habría privado al Reino de varias regiones que ahora son argelinas. Tales afirmaciones, en un contexto de tensiones regionales entre Argel y Rabat, seguramente provocarían reacciones hostiles.
Sin embargo, la falta de comunicación oficial de la fiscalía argelina sobre los hechos exactos que se le imputan al escritor mantiene un procedimiento calificado por sus defensores de “opaco”. Esta situación es tanto más crítica cuanto que Sansal, de 75 años, ya fue hospitalizado bajo supervisión médica antes de ser devuelto a su celda.
Ante lo que describe como una injusticia flagrante, Zimeray advirtió que tomaría medidas ante las autoridades internacionales si la situación no progresaba. Entre los órganos previstos se encuentran el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Comité Jurídico de la UNESCO y la Comisión Africana de Derechos Humanos.
El caso Boualem Sansal revela una vez más las profundas contradicciones del régimen argelino, que oscila entre reivindicaciones soberanas y graves incumplimientos de sus compromisos internacionales. Mientras el escritor permanece detenido en condiciones opacas, la cuestión de la libertad de expresión en Argelia sigue emergiendo como una cuestión crucial, que exige una mayor vigilancia por parte de las instituciones internacionales.