A veces los espectadores van a la sala equivocada. Convencidos de ir al nuevo stand-up de Panayotis Pascot, descubren la adaptación de su best-seller, La próxima vez que muerdas el polvoimaginado por su hermano y director, Paul Pascot. El primer espectáculo, titulado entre los dosse presenta en L’Européen, en París. El segundo, que lleva el nombre del libro, en el Théâtre du Petit-Saint-Martin. Y ambos están agotados hasta finales de diciembre antes de una serie de nuevas fechas a partir de enero de 2025.
Esta inusual coincidencia familiar “no es voluntario”asegura Paul Pascot, ocho años mayor que Panayotis. Pero es bueno, ya que estos dos espectáculos, uno con humor, el otro lleno de emoción, se nutren mutuamente, se responden y ponen la filiación y la paternidad en el centro de su tema.
Para su regreso a los escenarios, dos años después de su depresión y un año después de la publicación de su cuento que se convirtió en un fenómeno de librería, Panayotis Pascot, de 26 años, continúa su psicoanálisis. Si resolvió la relación con su padre, aceptó su homosexualidad y salió de su depresión, se pregunta sobre este periodo “no uf” de su vida adulta. El niño que acaba de “preocupaciones” se encuentra en la edad adulta con “problemas”. “Ser niño fue increíble, lo extraño. Tener un hijo debe ser maravilloso, me encantaría. Pero, entre los dos, no estoy seguro de entender el concepto.”, resume el comediante.
Fuerza del texto
Así, finalmente soltó al padre, personaje central de su primer y notado stand-up, Presquey su libro, para abordar, con nueva energía, su deseo de paternidad en su espectáculo. El ex colegial entrevistador del equipo de Yann Barthès en “Quotidien”, de TMC, sigue con talento utilizando el humor como remedio a la desilusión y a los absurdos de la vida.
Ya no está perdido, pero sigue siendo honesto consigo mismo. En este nuevo stand-up, quien también acaba de crear con Fary el concurso “Loups-garous”, en Canal+, no dice una palabra sobre su exitoso libro, salvo una reflexión llena de autodesprecio: “Lo que me salvó del suicidio fue mi ego. Releí la carta que quería dejar, me pareció bastante buena y se la envié a una editorial. »
Paul Pascot tomó posesión de esta famosa obra, ante la insistente petición de Panayotis. Los dos hermanos siempre se han apoyado mutuamente. Durante la depresión de Panayotis, Paul nunca se dio por vencido y puso su vida en espera para ayudarlo a superarla. “Me pidió doce veces que lo adaptara. Cuando su libro salió en las librerías no quise leerlo, estaba demasiado cerca del abismo. Terminé comprándolo y entendí que su “yo” podía convertirse en un “nosotros” universal”.recuerda el actor, autor y director. Algo se volvió obvio para él: hacer de la relación padre-hijo el telón de fondo del libro, el corazón ardiente de la pieza.
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