La búsqueda, que moviliza a varias decenas de gendarmes en Pabu (Côtes-d’Armor) y Guingamp, continúa y “nadie bajará la guardia para encontrar a Morgane”, afirmó el fiscal Nicolas Heitz durante una rueda de prensa en el tribunal de Saint-Brieuc. . Aunque descrita como “una niña feliz y alegre” que nunca huyó de sus seres queridos, la adolescente desaparecida el 25 de noviembre en Pabu (Côtes-d’Armor) también podría haber tenido su lado oscuro.
Parecía hacer un uso excesivo de su teléfono y de las redes sociales y había confesado a un entrenador de tenis, así como a un profesor, “que pudo haber sido víctima de acoso el año pasado”, afirmó Nicolas Heitz. La adolescente también había discutido con sus padres el fin de semana anterior a su desaparición por su uso de las redes sociales, y su padre le había roto el teléfono y le había confiscado la tarjeta SIM.
“Comentarios preocupantes”
Algunos de los compañeros de clase de Morgane escuchados por los investigadores informaron de “comentarios inquietantes” de la joven, que “podría estar experimentando un verdadero malestar”. Incluso mencionaron “escarificaciones que ella misma se habría infligido”, afirmó el fiscal de Saint-Brieuc.
Los gendarmes también encontraron un trozo de papel arrugado en la cesta de Morgane “donde decía ‘Papá, mamá, lo siento, me voy'”. En las redes sociales, la colegiala entabló “relaciones con personas mayores”.
“Todas estas personas fueron interrogadas y sus domicilios registrados”, pero “ninguna de estas audiencias permitió proporcionar información relevante sobre el paradero del adolescente”, subrayó Nicolas Heitz.
Un hombre de 21 años, residente en Drôme, fue identificado en particular por haber creado una cuenta de Snapchat para Morgane. Allí se descubrieron varias imágenes de pornografía infantil que no concernían a Morgane y el hombre fue puesto bajo custodia policial por estos hechos por la fiscalía competente, afirmó el magistrado.
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