lo esencial
Actualmente incapaz de encontrar mayorías sobre los textos presupuestarios, el Primer Ministro se encuentra bajo amenaza de censura por parte de la Asamblea, lo que podría ocurrir ya esta semana.
Las últimas negociaciones de este fin de semana no auguran nada bueno para Michel Barnier. Contra la pared, el Primer Ministro no debería tener otra opción que activar el famoso artículo 49, apartado 3 de la Constitución para aprobar sin votación el presupuesto de la Seguridad Social (PLFSS), que volverá a la Asamblea este lunes.
La respuesta no se hará esperar: la izquierda presentará inmediatamente una moción de censura. La propuesta sería examinada el miércoles y podría ser votada por una mayoría de diputados, incluidos los de la Agrupación Nacional, en la que todas las miradas convergen desde hace varios días.
Para Marine Le Pen, el gobierno “puso fin a la discusión”
Subiéndose al escenario, la propia Marine Le Pen parece haber pitado ayer el fin del receso al considerar unilateralmente que el Gobierno “ha puesto fin a la discusión” con sus tropas sobre posibles modificaciones del PLFSS, en particular en lo que respecta a la Desindexación parcial de las pensiones en relación con la inflación.
En su visor, las declaraciones del ministro de Cuentas Públicas, que horas antes había confirmado que efectivamente será el texto votado en la comisión mixta (CMP) el que será presentado hoy a los diputados. Ayer recibió el apoyo de la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet. “Qué acto”, reaccionó el presidente de la Agrupación Nacional, Jordan Bardella. Por tanto, mediante la terquedad y el sectarismo, la minoría gubernamental pone fin al ciclo de negociaciones, a riesgo de provocar su censura. »
En una entrevista esta mañana, el ministro Laurent Saint-Martin indica que el proyecto de ley de financiación de la seguridad social para 2025 ya no será modificado. De qué acto.
Por tanto, mediante la terquedad y el sectarismo, la minoría gubernamental pone fin al ciclo de negociaciones, a riesgo…
—Jordan Bardella (@J_Bardella) https://twitter.com/J_Bardella/status/1863234075181391987?ref_src=twsrc%5Etfw
Sin embargo, a diferencia de la izquierda, ninguno de los dos jefes de la RN pidió censura en el caso de 49-3. “Existe la posibilidad de que obtengamos consecuencias de este comportamiento extremadamente cerrado y sectario”, declaró Marine Le Pen, sin embargo, en lo que parece una amenaza apenas velada.
Michel Barnier “sigue abierto al diálogo”
Por el contrario, Matignon quiere ser estoico. Michel Barnier “permanece abierto al diálogo”, informó con seriedad al entorno del jefe de Gobierno. Lo cierto es que, en vísperas de esta semana crucial, el fin de semana no habrá conseguido en modo alguno mover las colas. En algunos lugares incluso se han endurecido. En una carta dirigida a Michel Barnier, el Partido Socialista puso fin a cualquier idea de indulgencia por su parte.
“Al comprometerse 49-3, no nos dejarán otra opción que votar, con responsabilidad, por la censura de su gobierno”, escribieron el primer secretario Olivier Faure y los jefes de los grupos parlamentarios, Patrick Kanner (Senado) y Boris Vallaud ( Asamblea nacional).
En este ambiente asfixiante, queda una última opción para el ejecutivo: no activar el 49-3 y aceptar el rechazo del PLFSS por parte de la Asamblea.
Esto iniciaría entonces una nueva lanzadera parlamentaria. Las oposiciones ya denuncian el riesgo de estancarse y, sobre todo, temen que, transcurrido el plazo reglamentario de cincuenta días tras la presentación de los textos, el Gobierno pueda recurrir a ordenanzas para sortear el impasse parlamentario. Baste decir, en este escenario, que la guerra de desgaste con Michel Barnier estaría lejos de terminar.