Con mayoría en el hemiciclo, la izquierda y el RN no lograron aprobar el jueves una ley que proponía derogar la reforma de las pensiones, ante la obstrucción del campo presidencial, al que la Francia rebelde no ha dejado de prometer censura la próxima semana, en un atmósfera particularmente tensa.
“La macronie ha terminado y (…) la primera votación para derogar realmente la reforma de la jubilación a los 64 años será el próximo miércoles, durante la censura que permitirá derrocar al gobierno de Barnier pero también deshacer esta jubilación a los 64 años que nadie quiere”, reaccionó a la prensa la presidenta del grupo LFI, Mathilde Panot, al final de los debates.
La Francia insumisa había colocado en la cima de los textos de su “nicho parlamentario” – el día anual reservado para sus textos -, un proyecto de ley destinado a derogar la reforma de 2023 que elevó la edad legal de jubilación de 62 a 64 años.
Pero el texto no pudo ser votado, debido a cientos de enmiendas presentadas por la coalición gubernamental para ralentizar los trabajos que necesariamente debían terminar a medianoche, y a debates acalorados marcados por múltiples cuestiones de orden y suspensiones de sesiones.
La líder del RN, Marine Le Pen, cuyo grupo había propuesto un texto similar durante su “nicho” del 31 de octubre, denunció “un brazo de honor al debate democrático”. Pero también atacó a la izquierda, que se había negado a votar el texto de RN, “por puro sectarismo”.
– “Derrota punzante” –
Al final de la tarde, los partidarios de la derogación obtuvieron una victoria simbólica: rechazaron por 241 votos contra 100 enmiendas con las que sus colegas de la “base” gubernamental querían vaciar el texto de su sustancia.
Esta “dolorosa derrota del bando presidencial” demuestra que “hay una mayoría en la Asamblea y en el país a favor de la derogación”, afirmó en X la diputada del LFI, Clémence Guette.
La tensión aumentó en el hemiciclo a lo largo de la jornada, culminando hacia las 22.00 horas con un incidente provocado por el diputado del MoDem, Nicolas Turquois, que vino a quejarse ante un diputado socialista de las amenazas e insultos recibidos por su familia por su oposición a la reforma de las pensiones.
“¡Mi familia fue amenazada! ¡Y esta es gente de su pueblo!”, supuestamente le dijo el Sr. Turquois a Mickaël Bouloux, según Le Figaro.
El presidente del grupo MoDem, Marc Fesneau, intervino, así como los ujieres, antes de que Turquois abandonara el hemiciclo.
Los diputados de izquierda no han dejado de denunciar el obstruccionismo del campo macronista, criticando “sabotajes indignos” o “métodos matones”.
Y han jurado vengarse el miércoles, derrocando al gobierno… si la RN así lo decide.
El primer ministro Michel Barnier podría decidir el lunes aplicar el 49,3 para aprobar el presupuesto de la Seguridad Social sin votación en la Asamblea, exponiéndose a una moción de censura de la izquierda, que la Agrupación Nacional amenaza con votar.
Los macronistas se divirtieron recordando que los propios Insoumis habían hecho todo lo posible para evitar una votación durante el examen de la reforma de las pensiones en 2023.
“¡Fuiste tú quien en ese momento quiso bloquear los debates, impedir las votaciones!”, exclamó el ministro de Presupuesto, Laurent Saint-Martin, observando que los “varios centenares de enmiendas” que se examinarán el jueves no eran nada en comparación con las 19.000 presentadas por la izquierda en 2023.
Básicamente, “la responsabilidad es no volver a desentrañar lo que ha permitido equilibrar las cuentas”, insistió. La izquierda quiere abrir “las compuertas y la máquina de promesas ilusorias”, criticó su colega responsable del Partido Laborista, Astrid Panosyan-Bouvet.
El relator del texto, el diputado del LFI, Ugo Bernalicis, prometió a la prensa que el texto volvería al hemiciclo, invitando a otro grupo del NFP a “retirarlo”. “Lo que es seguro es que esta reforma será derogada, la pregunta es justo cuándo”, insistió.