Por Emma Ferrán
Publicado
Hace 53 minutos,
actualizado a las 12:45 p.m.
La mascota de Míša, una turista checa de tránsito en París, se había escapado de la bodega de un avión. Llevaba más de una semana deambulando. Saltó a los brazos de su amante, en Dammartin-en-Goële.
Bien está lo que bien acaba. Este jueves 28 de noviembre, la perrita Amalka, de dos años, se reencontró con su dueña Míša, después de haber estado desaparecida durante nueve días. De acuerdo a El parisino el animal de pelo negro se encontraba en un parque de Dammartin-en-Goële, a pocos kilómetros del aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, de donde escapó el 19 de noviembre. “Se arrojó en los brazos de su ama”confió a nuestras compañeras Manuela Vidal, presidenta de la asociación “Gatos en el Aire”. Buena noticia confirmada por la organización a la Fígaro : “Es una historia que acaba bien para alivio de todos”. Pero también de la propia Míša, que compartió un vídeo en su cuenta de Instagram de ella y su perro abrazados. “¡Encontramos a Amalka! ¡Gracias a todos, sin vosotros nada hubiera sido posible! Mucho amor para todos ustedes”escribe.
Medios desplegados para encontrar al perro
Cuando la turista checa Míša acababa de aterrizar en París para tomar su conexión y reunirse con su pareja en Dallas, Estados Unidos, se enteró de que su perro, que viajaba en la bodega, había desaparecido. Al abrir la escotilla para recoger el equipaje de los pasajeros, los técnicos de Air France tuvieron la desagradable sorpresa de ver a la mascota escapar del avión mientras corría. Su jaula se abrió debido a una fuerte sacudida al aterrizar, y el perro huyó furioso, sin duda presa del pánico.
Desde entonces, su amante ha movido cielo y tierra para encontrar a su compañero de cuatro patas. La asociación “Gatos en el aire” y la compañía Air France han utilizado varios medios, como la organización de varias búsquedas en las más de 3.000 hectáreas del aeropuerto. También se colocaron croquetas y agua en puntos estratégicos donde el animal podía ser encontrado o visto por el personal del aeropuerto. Un dron también se alejó el sábado pasado, paralizando temporalmente el tráfico. En vano. El frío y la nieve preocupaban especialmente a Míša, que temía que su perro no tolerara las bajas temperaturas. Pero este lunes habrían vuelto a ver a Amalka, lo que ya tranquilizó a Míša, sin poder alcanzar y tranquilizar a su animal.
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