DO’Se trata de una secuencia poco común en el Parlamento Europeo: todos los grupos políticos se movilizaron para denunciar la detención del escritor franco-argelino Boualem Sansal, detenido el 16 de noviembre en el aeropuerto de Argel. La tarde del miércoles 27 de noviembre, el debate celebrado en presencia de la Comisaria europea Helena Dalli mostró una notable unanimidad en cuanto al fondo, aunque los enfoques diplomáticos divergen significativamente según las sensibilidades políticas.
La Comisaria Helena Dalli marcó inmediatamente la pauta para un enfoque diplomático mesurado. Si bien recordó que el Estado de derecho y la libertad de expresión son “valores fundamentales” de la UE, subrayó el estatus de “socio” y “vecino muy cercano” de Argelia. Una postura que contrasta con la vehemencia de ciertos cargos electos. Sin embargo, el comisario destacó las zonas grises de la detención, en particular el retraso de seis días antes de su confirmación oficial y el controvertido uso de la legislación antiterrorista.
Bellamy propone denunciar el acuerdo migratorio con Argelia
François-Xavier Bellamy (PPE) encarnó la línea dura y pidió el uso de las “palancas” de que dispone Europa, en particular la ayuda al desarrollo. El diputado francés se centró especialmente en el acuerdo franco-argelino sobre cuestiones migratorias, que quiere que se denuncie. El Comisario Dalli no tomó medidas.
Raphaël Glucksmann, líder de los socialistas y de Place publique, pronunció un apasionado discurso en el que comparó el régimen argelino con dictaduras históricas que perseguían a sus intelectuales. También criticó a los “burócratas del pensamiento” que, en Francia, instruyen “el proceso intelectual del escritor en lugar de empuñar la espada contra sus carceleros”. Una alusión a lo sucedido en el set del programa. política C, en France 5, donde Nedjib Sidi Moussa, doctor en ciencias políticas, destacó, entre otros, criticando a Boualem Sansal por sus entrevistas concedidas a la prensa de extrema derecha francesa.
Malika Sorel conmovida hasta las lágrimas por su “hermano” Sansal
Marie Toussaint, en nombre de los Verdes, amplió el debate vinculando la suerte de Sansal a la de todo el pueblo argelino “que, desde hace décadas, se asfixia bajo el peso de una gerontocracia”. El ambientalista electo critica “un sistema bloqueado que se niega a escuchar las aspiraciones legítimas de democracia, transparencia y una vida mejor”. Exige la liberación de Boualem Sansal y del pueblo argelino.
Entre los representantes electos de la Agrupación Nacional, la intervención de Malika Sorel impresionó por su tono inusual y su evidente emoción. Con voz temblorosa y lágrimas en los ojos, la eurodiputada pronunció un llamamiento personal y conmovedor, llamando a Sansal “hermano” y “amigo”, al tiempo que destacó su apego a Argelia. Lejos de la retórica habitual de su partido sobre las cuestiones argelinas, advirtió contra cualquier explotación antiargelina del asunto, hablando de un “terrible malentendido que debe resolverse” y pidiendo “moderación” para no perjudicar los esfuerzos diplomáticos en curso. Evocando con emoción “esta hermosa tierra” que decía haber conocido, concluyó con un llamamiento a la “reconciliación”, contrastando así con el enfoque más ofensivo de su colega Mathilde Androuët que, citando a Charlie Hebdo, llamó así a Argel: “ Argelia recupera a tus imanes, devuélvenos a tus escritores”.
Marion Maréchal propone “un intercambio de prisioneros”
A diferencia de Malika Sorel, Marion Maréchal, de los soberanistas del ECR, adoptó una línea claramente más ofensiva hacia el régimen argelino. Denunciando un “Estado canalla guiado por su odio a Francia”, calificó la detención de Sansal de “una toma de rehenes que no pronuncia su nombre”, subrayando la doble lucha del escritor contra el régimen de Argel y el islamismo en Francia y en Europa. Su intervención se caracterizó por una propuesta provocadora: un “intercambio de prisioneros” entre el escritor y los “3.500 verdaderos delincuentes y criminales argelinos en las cárceles francesas”.
Denunciando un doble juego por parte del régimen argelino, cuyos “jerarcas siguen enviando a sus hijos a estudiar a Francia y vienen a ser tratados en nuestros hospitales”, pidió a la Unión Europea que utilice “todos los medios diplomáticos y económicos” para obtener la liberación. de Sansal. Marion Maréchal citó las palabras del escritor encarcelado: “El nombre mismo de nuestro país, Argelia, se ha convertido en sinónimo de terror. » Le gustaría no tener que escribir que “el nombre mismo de nuestro continente, Europa, [soit] convertirse en sinónimo de cobardía.
Un debate esencialmente franco-francés
El debate, sin embargo, se vio afectado por la sobrerrepresentación francesa, lo que revela los límites de la europeización de esta crisis. Llama especialmente la atención la ausencia de intervenciones alemanas, a pesar de que Boualem Sansal es el ganador del prestigioso Premio de la Paz de los Libreros Alemanes. De los diez oradores, sólo tomaron la palabra dos eurodiputados extranjeros.
El socialista griego Nikos Papandreou aportó al debate una perspectiva histórica original, pero bastante alejada de la trágica situación de Boualem Sansal. Refiriéndose a un país con una “tasa de alfabetización bastante alta” y una “industria desarrollada”, destacó especialmente la “relación esquizofrénica” de Argelia con Francia. Por su parte, el nacionalista finlandés Sebastian Tynkkynen (grupo ECR) recordó que Boualem Sansal no sólo era un crítico del Gobierno argelino, sino que también “a menudo había advertido a Europa contra la islamización”.
La Comisión Europea, cautelosa con Argel
Para descubrir
canguro del dia
Respuesta
Helena Dalli concluyó esta breve secuencia de unos veinte minutos hablando de la reciente liberación del periodista argelino Ihsane El Kadi, por quien el Parlamento también se movilizó en primavera, considerándola una “señal positiva”. Una forma de sugerir que la presión diplomática europea puede dar frutos, manteniendo el diálogo con Argel.
Ihsane El Kadi fue detenido en diciembre de 2022 en virtud del artículo 95 bis del Código Penal, que prevé una pena de cinco a siete años de prisión para “quien reciba fondos, una donación o una ventaja… para realizar o incitar a realizar actos”. que pueda socavar la seguridad del Estado, la estabilidad y el funcionamiento normal de sus instituciones, la unidad nacional y la integridad territorial”. Boualem Sansal, por su parte, se enfrenta al artículo 87 bis del Código Penal argelino (actos terroristas o subversivos diversos).