El presidente de la Asamblea Nacional pone en perspectiva las consecuencias para Francia y sus finanzas de una posible salida del Primer Ministro en caso de aprobación de una moción de censura. Yaël Braun-Pivet está mucho más preocupada por el riesgo de “inestabilidad política”.
Baje la presión. Tras las primeras consultas realizadas por Michel Barnier este lunes 25 de noviembre para evitar una moción de censura que le derrocaría, el presidente de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet, intenta trivializar la situación.
“Si se aprueba la moción de censura, no se anunciará ninguna catástrofe, ningún cierre estadounidense (cuando el Estado esté financieramente incapacitado por falta de acuerdo político, tenemos los mecanismos para hacer frente a esto”, se defendió el inquilino de). Le Perchoir este martes en radio Sud.
Braun-Pivet lejos del tono catastrofista de Retailleau
La jefa del Palacio Borbón se distancia claramente de varios miembros del gobierno, empezando por el ministro del Interior, Bruno Retailleau, que teme que la censura gubernamental “empuje a Francia al abismo”.
Michel Barnier debería sacar 49,3 el 18 de diciembre, cuando el presupuesto para 2025 vuelva a la Asamblea. Este cartucho institucional tiene la ventaja de permitir que el proyecto de ley de finanzas se adopte sin votación, pero permite a las oposiciones presentar una moción de censura.
Actualmente cuenta con el apoyo de Marine Le Pen y de todo el Nuevo Frente Popular, mucho más de los 289 votos necesarios. Consecuencia: el Primer Ministro podría ser derrocado.
La preocupación de Bruno Retailleau por la caída del Gobierno es compartida también por Maud Bregeon. En las columnas de Le Parisien de este domingo, el portavoz del Gobierno amenazó con un “escenario griego” en caso de derrocamiento de Michel Barnier.
La preocupación por la “inestabilidad política”
La situación entre Grecia en 2008 y Francia en 2024, sin embargo, no tiene nada que ver, desde el importe del déficit griego hasta las dificultades para aumentar los impuestos para el gobierno ateniense, incluido el contexto europeo.
Más que el rechazo del propio presupuesto, que podría ponerse en vigor mediante órdenes permitidas por la Constitución, son más bien las consecuencias políticas de la salida de Michel Barnier las que preocupan a Yaël Braun-Pivet.
“La votación de una moción de censura generaría una inestabilidad política que debería preocupar a todos”, opina el presidente de la Asamblea Nacional.
En este escenario, Emmanuel Macron tendría varias cartas sobre la mesa: podría, por ejemplo, volver a nombrar a Michel Barnier tras su dimisión, una opción posible desde el punto de vista constitucional pero políticamente delicada.
El jefe de Estado aún podría abrir una nueva ronda de consultas para buscar un sucesor, sin garantías de llegar a un nombre que una ampliamente. La última opción que La France insoumise y Marine Le Pen están considerando seriamente: una posible dimisión de Emmanuel Macron.