Los occidentales, incluidos los europeos, los principales donantes mundiales de financiación climática, no estaban dispuestos a ir más allá de los 300.000 millones ofrecidos a los países más amenazados por el cambio climático.
Al final de una caótica COP29 organizada en Azerbaiyán, los países desarrollados se comprometieron el domingo 24 de noviembre en Bakú a financiar a los países pobres amenazados por el cambio climático por una suma de 300 mil millones de dólares al año. El representante de los 45 países más pobres del planeta, que esperaba mucho más, denunció un acuerdo “poco ambicioso”.
Los occidentales, incluidos los europeos, los principales donantes mundiales de financiación climática, no estaban dispuestos a ir más allá de esta cantidad, en un período de ajuste presupuestario y agitación política. Pero creo que han contribuido a un resultado histórico.
“Decepcionante”
Joe Biden elogió el acuerdo como un “paso importante” en la lucha contra el calentamiento global.
“Aunque todavía tenemos mucho trabajo por hacer para alcanzar nuestros objetivos climáticos, el resultado de hoy nos permite dar un gran paso adelante”, respondió el presidente estadounidense en un comunicado de prensa.
Y “si algunos pretenden negar o retrasar la revolución de las energías limpias (…) nadie puede dar marcha atrás, nadie”, subrayó el presidente estadounidense, en aparente referencia a la actitud climáticamente escéptica de su sucesor, Donald Trump. .
Desde el punto de vista de Francia, el texto es “decepcionante” y “no está a la altura de los desafíos”, subrayó la ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher. Lamentó “la ausencia de liderazgo por parte de la presidencia de Azerbaiyán”.
A pesar de “varios avances”, incluida la triplicación de la financiación para los países pobres amenazados por el cambio climático, la conferencia de Bakú estuvo marcada “por una verdadera desorganización”, destacó.
“El texto sobre finanzas fue adoptado en un clima de confusión y cuestionado por varios países”, recordó el ministro.
El comisario europeo encargado de las negociaciones sobre el clima, Wopke Hoekstra, lamentó: a los europeos “les hubiera gustado ver más ambición” en la reducción de los gases de efecto invernadero en todos los países. Aplazar este debate hasta el año próximo “es un fracaso”, afirmó Kévin Magron, embajador francés para el clima.