Hay un problema: ¿cómo se beneficia el club de la privatización cuando pertenece a sus 100.000 miembros, un grupo de propietarios cerrado durante mucho tiempo a nuevos miembros y cuya membresía se ha transmitido de generación en generación?
Eso es lo que Pérez y sus ejecutivos tendrán que explicar próximamente. La Superliga europea fue el intento de Pérez de hacerse con una mayor cuota del mercado de derechos en el que los ingresos de la Liga son eclipsados por los de la Premier League. Cuando eso falló, no tuvo muchas opciones más que canibalizar la propiedad del club. Sin embargo, incluso con una membresía que acepta su hegemonía (ha sido presidente durante 21 de los últimos 24 años), esa no es una tarea sencilla. Se entiende que el club se valora en unos 8.000 millones de euros, lo que haría que cada acción valga unos 80.000 euros.
Dado que el salario medio anual en España ronda los 29.000 euros, parece un activo al que incluso los seguidores más fanáticos del Real Madrid podrían tener dificultades para renunciar total o parcialmente. Sin embargo, eso es lo que efectivamente les pediría que hicieran: el hombre más rico de España y el club de fútbol con mayor generación de ingresos del mundo. La medida más sencilla sería una emisión de acciones que diluiría la participación de los miembros para crear una nueva oferta para los inversores.
¿Realmente quieren los fanáticos financiar la tradición a partir de una reliquia familiar?
Hacerlo requeriría un cambio en la ley. El Tribunal Europeo ya ha considerado que la legislación de 1990 que concedía el estatus especial de propiedad de sus socios a sólo cuatro clubes (Real, Barcelona, Athletic de Bilbao y Osasuna) constituía ayuda estatal ilegal. Esa ley exigía que todos los demás clubes pasaran a tener la condición de sociedad anónima (SAD en España), lo que hicieron en los años 90. El poder regulatorio para permitir que Real haga lo mismo debería recaer en el gobierno regional, pero actualmente no existe ninguna ley para hacerlo.
También existe la amenaza de una importante carga de ganancias de capital en cualquier modelo de cambio de propiedad, y cualquier exención especial por parte del Estado español despertaría una vez más el interés de los rivales del Real en la Unión Europea.
La influencia de Pérez es famosa por su amplio alcance. Aunque el año pasado el club sufrió una serie de reveses regulatorios localizados en torno a su Bernabéu ampliado y polivalente. Grupos comunitarios locales forzaron la cancelación de conciertos, en los que había incluido Taylor Swift, después de que se infringieran las normas sobre ruido. Se bloqueó la construcción de lucrativos aparcamientos subterráneos.
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