Ud.n advertencia, un mensaje de advertencia a modo de prólogo: si la victoria del XV francés sobre los All Blacks el sábado (30-29) te ha dejado encaramado a gran altura, debes bajar rápidamente. Apenas seis días después de su tour de force contra los neozelandeses, los Blues se enfrentan a los Pumas este viernes, al final de la gira de otoño, y hay mucho que temer en este último encuentro.
Tendremos cuidado de no utilizar la expresión “partido trampa” para abordar el evento. No hay trampa ya que Fabien Galthié y sus jugadores conocen todos los ingredientes, todos los peligros que alimentarán este cara a cara. Podemos enumerarlos en orden. Entonces, para empezar, existe este período de tiempo más corto y la dificultad de reponer las reservas de energía después de un éxito físico y emocionalmente costoso. “No es un regalo que juguemos seis días después que los negros. Contra estos equipos necesitamos una semana para recuperarnos”, admitió el técnico del XV de Francia.
Luego, y sobre todo, está la calidad de estos Pumas que dirige Felipe Contepomi. Por segunda vez en su historia ganaron en Nueva Zelanda en la inauguración del Campeonato de Rugby. Luego inmovilizaron a los Wallabies y los Springboks en su mesa de caza. La semana pasada estuvieron cerca de otra prestigiosa victoria (22-19) sobre los irlandeses en Dublín.
“Es un rugby muy inteligente y un equipo muy, muy difícil contra el cual jugar”
El arte del ingenio
“Se desempeñan enormemente. Este es un equipo que no tiene miedo, con grandes jugadores que viajan bien. Está haciendo una gran temporada”, afirmó el miércoles Galthié, que se mostró muy admirado por el arte del “ingenio” de las argentinas. “Su campeonato es un campeonato amateur y local. Se están adaptando constantemente al ecosistema global del rugby. Los mejores van a jugar a Francia y Europa, otros siguen en el país. Son un rugby muy inteligente y un equipo muy, muy difícil contra el que jugar. Es uno de los mejores del mundo. »
Y para aquellos a los que les gusta revisitar sus recuerdos, finalmente recordaremos que los Pumas han entrado en el librito negro del rugby francés desde el Mundial de 2007 en el papel de rompedores de euforia. Por supuesto, podemos poner en perspectiva el peligro argentino señalando su error cometido a principios de julio, en Mendoza, durante un partido contra un equipo francés experimental que será recordado por los excesos de su tercera parte. Pero los Pumas empezaban entonces su temporada. Su expresión colectiva hoy en día está controlada.
Y luego, si hay que sospechar, es también porque el XV de Francia tampoco logró la actuación del siglo contra los neozelandeses. Privados de balones pero hiperrealistas en ataque, Antoine Dupont y sus compañeros pudieron resistir el ataque neozelandés, pero a veces fue necesario un último pase mal ajustado para que el dique cediera. Vencer a los All Blacks sigue siendo una alegría rara, pero también puede ser una ilusión.
Porque esta selección francesa está pasando por un periodo de transición. Poco a poco está cambiando en cuanto al juego intentando mantener un poco más la posesión del balón pero también inició este otoño un proceso de renovación de sus jugadoras senior.
También existe el imperativo de ganar, lo que deja poco margen para el ensayo y el error.
Poco margen
Fabien Galthié, que durante cuatro años había establecido el concepto de “experiencia colectiva” como dogma, ha modulado su credo. Después de Anthony Jelonch, Charles Ollivon y Gaël Fickou antes del partido contra Japón (52-12), fue Grégory Alldritt, capitán de los ‘bleus’ al inicio de la temporada, el que quedó excluido de este descenso contra los argentinos. “Queremos crear emulación en el grupo, regeneración para unos y competencia para otros”, explicó el técnico del XV francés, asegurando tener una visión clara de la dirección a seguir hacia 2027, del potencial que hay que desarrollar o preservar.
Pero en el avance de una selección nacional de un Mundial a otro, también existe un imperativo de victorias que deja poco espacio para el ensayo y el error. La dinámica iniciada el pasado sábado ante los neozelandeses es nueva y valiosa. Validó algunas decisiones sólidas del personal de los Bleus. Sobre todo, una derrota no debería descarrilar el proceso.
Pero con el regreso de Uini Atonio como pilar derecho, la masacre y la potencia del dúo Thibaud Flament – Emmanuel Meafou, o la experiencia de Charles Ollivon para contrarrestar el pelotón argentino y la bisagra Antoine Dupont – Thomas Ramos para guiarlo, los franceses El equipo tiene los medios para evitar la ola de frío y mantener este impulso.