Fue un manto de silencio y precaución el que cubrió la noticia. Según los informes, el escritor franco-argelino Boualem Sansal fue detenido: la información causó mucho ruido pero su eco fue sofocado una vez que llegó a los pasillos del poder. Comentario lapidario, el jueves por la noche, desde lo alto del Estado. Emmanuel Macron está “muy preocupado por su desaparición” y “expresa su inquebrantable apego a la libertad de un gran escritor e intelectual”, destila con cautela quienes lo rodean. Por lo demás, se indica que los servicios estatales están movilizados para “aclarar” la situación.
El silencio también reina por parte del gobierno de Michel Barnier. Ni comunicado de prensa, ni tweet, nada. Ni siquiera el comienzo de una respuesta a los mensajes de texto sobre este tema, provenientes del banco de ministros. Ni Rachida Dati de Cultura ni Jean-Noël Barrot de Asuntos Exteriores reaccionaron. Y con razón, el jueves por la tarde Matignon envió discretamente una instrucción a todos los ministerios, según nuestras informaciones: “No hay comunicación de los miembros del gobierno sobre Boualem Sansal, en este momento. » Y precisar que esto último podría resultar “contraproducente”.
El eslogan seguía en pie el viernes, sugiriendo una situación compleja que no podía tolerar la más mínima interferencia. Mientras los servicios estatales se movilizan para garantizar la situación del escritor, nos dirigimos al Quai d’Orsay.
En la clase política existe una mayor preocupación por el autor multipremiado de 75 años y poseedor de la nacionalidad francesa desde este año. El primero de los socialistas, Olivier Faure, saluda en “X” “el espíritu libre” del “compatriota (…) que luchó tanto contra el poder corrupto como contra el terrorismo islamista”, y pide su liberación. Como la presidenta de los diputados RN, Marine Le Pen, que denuncia “una situación inaceptable”, y el ex primer ministro Édouard Philippe, que por su parte elogia a un escritor que encarna “la razón, la libertad, el humanismo contra la censura, la corrupción y el islamismo”. “Hay que activar todos los medios de presión sobre Argelia”, afirma el jefe de los diputados de LR, Laurent Wauquiez.
¿Qué pasó? Según el periódico Le Monde, las autoridades argelinas podrían haber tomado muy mal las recientes declaraciones del escritor al controvertido medio Frontières, considerado cercano a la extrema derecha, retomando la posición de Marruecos según la cual el territorio marroquí estaba truncado bajo la colonización francesa. para los beneficios de Argelia.
“Ediciones Gallimard, editora de la obra literaria de Boualem Sansal desde la publicación de Juramento bárbaro “Hace veinticinco años, expresan su profunda preocupación tras la detención del escritor por los servicios de seguridad argelinos y piden su liberación inmediata”, escribieron en un comunicado de prensa difundido el viernes por la tarde.
Este episodio se produce en un contexto de tensiones ya importantes entre París y Argel. Este verano, Francia reconoció la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental, disputada entre Rabat y los separatistas apoyados por Argelia. Al visitar Rabat en octubre, Emmanuel Macron pidió abrir “un nuevo capítulo” en la relación con Marruecos. Declaraciones que ahora complican cualquier intercambio, incluso diplomático, con Argelia.