El presupuesto estatal francés está tan tenso que los legisladores proponen que los franceses trabajen siete horas más al año, sin remuneración, el equivalente a un día de trabajo, con el fin de generar fondos adicionales para los fondos de seguridad social del Estado.
Esta medida, que fue aprobada por la cámara alta del Senado el miércoles pero que aún podría excluirse del proyecto de ley de finanzas final, generaría 2.500 millones de euros (2.630 millones de dólares) en ingresos adicionales gracias a los costos salariales adicionales.
Se produce cuando la frágil coalición gobernante del primer ministro Michel Barnier intenta impulsar un presupuesto para 2025 en un parlamento profundamente dividido, con el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen amenazando con derrocar al gobierno mediante un voto de censura.
La enmienda, propuesta por la senadora de centroderecha Elisabeth Doineau, obligaría a los ciudadanos a trabajar siete horas más en un momento determinado del año, sin recibir un salario, pero a cambio de lo cual sus empleadores tendrían que pagar contribuciones adicionales a la seguridad social.
Una idea más antigua, que habría tenido el mismo efecto en el presupuesto, era eliminar uno de los días festivos oficiales de Francia y hacer que la gente trabajara ese día. Sin embargo, no hubo acuerdo sobre qué día festivo eliminar.
Francia ya eliminó el lunes de Pentecostés como día festivo en 2005 para financiar mejor la atención sanitaria. Aunque Francia es famosa por introducir la semana de 35 horas en 2000, los franceses en realidad trabajan un promedio de 36 horas a la semana, más que la mayoría de sus homólogos de Europa occidental.
EMPRESAS PREOCUPADAS
Después de que el gasto se saliera de control este año y los ingresos fiscales no cumplieran con las expectativas, el gobierno de Barnier propuso ahorrar 60.000 millones de euros en su presupuesto de 2025 recortando el gasto y aumentando los impuestos.
Aunque el gobierno ha centrado la mayor parte de sus aumentos de impuestos en los ricos y las grandes empresas, su proyecto de ley de finanzas planea reducir el incentivo fiscal sobre las contribuciones de los empleadores a la seguridad social para los trabajadores de bajos ingresos.
Se esperaba que la medida recaudara 4.000 millones de euros, pero desde entonces el gobierno ha abierto la puerta a una cifra más baja si los legisladores encuentran una alternativa para compensar la diferencia.
Sin embargo, las empresas ya están protestando porque recortar el incentivo fiscal aumentaría los costos laborales, que ya son uno de los más altos de Europa, en gran parte debido a las fuertes contribuciones a la seguridad social.
Julien Crepin, director de la empresa de limpieza Bio Propre cerca de París, dijo que cualquier aumento en los costos laborales amenazaría su modelo de negocio y lo obligaría a subir los precios, lo que podría provocar despidos.
“Tenemos pequeños márgenes en nuestro negocio. Un terremoto como ese nos dejaría fuera de combate”, dijo a Reuters, añadiendo que sería mucho mejor deshacerse de un día festivo.
Incluso el ministro de Finanzas de Barnier, Antoine Armand, critica la reducción del incentivo fiscal y afirma que, en general, los franceses necesitan trabajar más tiempo.
“Una hora extra de trabajo significa una hora extra de cotizaciones a la seguridad social”, dijo el miércoles al periódico Le Parisien.
(1 dólar = 0,9508 euros)