Documental
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Sólo en salas los días 21 y 22 de noviembre, el documental de Kaku Arakawa, dedicado a la creación de la obra testamentaria “El niño y la garza”, muestra con rara transparencia los fracasos y las dudas del maestro japonés.
¿Cuántos años lleva Hayao Miyazaki viviendo en compañía de cámaras grabando sus acciones, sus dudas y sus estados de ánimo? Antes de esta película dedicada a la génesis de El niño y la garza (tres mil seiscientos días, de todos modos), hubo Hombre interminable (2019), del mismo Kaku Arakawa, e incluso antes El reino de los sueños y la locura (2013) de Mami Sunada. Si bien estas películas no dicen mucho sobre la relación entre el maestro y sus equipos (siempre se ha dicho que es tiránico, nunca vemos rastro de ello), la forma de actuar del director Estirar Parece que a esta altura ya no tenemos secretos, hasta el punto que tenemos la impresión de haberlo visto envejecer frente a nosotros, en esta pequeña mesa de dibujo cubierta de hojas, notas y referencias. Por primera vez aquí lo vemos fracasar. Luchando durante semanas por la expresión de una niña que no podía arreglar. Nunca llegó allí, dejando la carga al director de animación Takeshi Honda. Más tarde lo descubrimos, con el rostro tenso, frente a unos juncos que parece descubrir por primera vez. El equipo, molesto, le explica que validó la secuencia unos días antes. Aunque toda la gloria de Miyazaki y la excepcionalidad de su trabajo, el documental
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