Esta noche, los Diablos Rojos se enfrentarán a Israel en un partido de la Liga de Naciones, pero el partido se llevará a cabo en Budapest, Hungría, en lugar de Bélgica. Las preocupaciones por la seguridad han llevado a esta reubicación, ya que albergar partidos contra equipos israelíes en ciudades belgas se ha vuelto cada vez más riesgoso.
La Real Federación Belga de Fútbol (KBVB) decidió en septiembre trasladar estos partidos a Hungría, después de que ninguna ciudad belga estuviera dispuesta a asumir los desafíos organizativos. Los disturbios en Amsterdam y las medidas de seguridad sin precedentes en París durante partidos recientes que involucraron a equipos israelíes subrayaron el potencial de disturbios. “Al igual que Bélgica, Israel cree que un partido en Hungría es mucho más seguro que un partido en Bruselas, por ejemplo”, señaló Stefan Bos, corresponsal en Europa Central.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha posicionado a Budapest como una sede segura para partidos de alto riesgo, en parte prohibiendo las protestas pro-palestinas en el país. Esta política ha atraído a equipos que buscan un entorno controlado y libre de amenazas de disrupción.
A pesar de ello, el partido de esta noche en el Bozsik Aréna tendrá un ambiente marcadamente tranquilo. El estadio, con una capacidad para 9.000 espectadores, es significativamente más pequeño que el estadio Bosuil de Bélgica en Amberes, que tiene capacidad para más de 16.000 espectadores. La venta de entradas también ha sido lenta, con sólo 600 entradas vendidas hasta el sábado.
Más allá de las medidas de seguridad, los Red Devils están hartos de otros problemas, desde lesiones hasta retiradas, lo que deja al equipo con escasez de personal. El seleccionador nacional Domenico Tedesco deberá confiar en una alineación improvisada después de que Romelu Lukaku, Amadou Onana, Arthur Theate, Maxim De Cuyper y Roméo Lavia quedaran descartados. El entrenador espera ahora que este “equipo de emergencia” pueda evitar la derrota ante Israel.
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