El partido entre Holanda y Hungría fue interrumpido a partir del minuto 8. La causa: el malestar de un miembro del personal húngaro, que tuvo que ser reanimado y evacuado en camilla.
Son imágenes que no desearíamos ver nunca y que, sin embargo, parecen ser cada vez más frecuentes en el fútbol. Este sábado por la tarde, en el minuto 8 del partido Holanda – Hungría, el partido tuvo que ser interrumpido durante unos diez minutos debido a molestias en el cuerpo técnico húngaro.
Un miembro del personal de Marco Rossi se desplomó, sufría convulsiones y se sentía visiblemente muy grave. El equipo médico intervino rápidamente, el resto del personal formó una barrera humana mientras una sábana blanca llegaba para ocultar al miembro del personal de los ojos de las cámaras y del público.
Bajo los aplausos del Johan Cruyff ArenA de Ámsterdam, el técnico húngaro fue evacuado en camilla, visiblemente fuera de peligro. El equipo húngaro decidió entonces continuar el partido, como confirmó Dominik Szoboszlai levantando el pulgar.
Ironía del destino: el partido se reanudó… con un penalti a favor de Holanda, ya que el partido había sido detenido previamente por consulta de una falta en la mano en el rectángulo húngaro. Un penalti que será transformado por Wout Weghorst… que celebrará este gol de forma un poco demasiado demostrativa dada la situación.
Estas imágenes, por supuesto, resuenan aún más en Bélgica, una semana después del incidente cardíaco sufrido por Noah Fadiga durante el encuentro entre La Gantoise y Standard de Liège. Desde entonces, al Buffalo le implantaron un desfibrilador y debería poder reanudar su carrera. También le deseamos lo mejor al miembro del personal húngaro.