La ex ministra del Interior declaró este jueves a X que “sería profundamente impactante” que Marine Le Pen quedara inelegible debido a una posible condena por parte del tribunal penal de París. Sin embargo, tanto en la izquierda como en la derecha se le recordó que se trataba de una aplicación estricta de la ley.
Gérald Darmanin no quiere justicia política. Así lo dijo en sustancia el ex ministro del Interior este jueves, en la red social RN.
De hecho, el fiscal solicitó el miércoles por la noche contra el ex presidente del partido de extrema derecha cinco años de inhabilitación y cinco años de prisión, dos de los cuales sujetos a modificaciones. La fiscalía pidió sobre todo que la sentencia vaya acompañada de una ejecución provisional, es decir, que un recurso interpuesto por la defensa no tenga carácter suspensivo y, por tanto, impida al tres veces candidato presidencial presentarse a las elecciones del nuevo Elíseo en 2027.
Darmanin invoca al “Pueblo”
La víspera, el presidente de la RN Jordan Bardella se mostró ofendido, también el .
Para Gérald Darmanin, “sería profundamente impactante que Marine Le Pen fuera considerada no elegible […] La lucha contra Madame Le Pen se hace en las urnas”, escribe, antes de continuar: “No tengamos miedo de la democracia y evitemos ampliar aún más la diferencia entre las “élites” y la inmensa mayoría de nuestros conciudadanos. .”
Inelegibilidad automática pero…
El antiguo inquilino de la plaza Beauvau no quiere que sea “condenada electoralmente, sin la expresión del pueblo”. Sin embargo, como señala Le Monde, la ley relativa a la transparencia, la lucha contra la corrupción y la modernización de la vida económica, conocida como “Sapin 2”, que entró en vigor el 11 de diciembre de 2016, impone sanciones obligatorias de inhabilitación durante cinco años en en caso de condena, en particular, por malversación de fondos públicos. Una inelegibilidad automática que, por tanto, no correspondería a los magistrados, sino que resultaría únicamente de la aplicación de la ley.
Lo más cómico es que, según Le Monde, la líder de la extrema derecha no habría descubierto, con sus abogados, esta particularidad legislativa hasta el 7 de noviembre. Sin embargo, la ley especifica que “el tribunal podrá, mediante decisión especialmente motivada, decidir no pronunciar esta sentencia, teniendo en cuenta las circunstancias del delito y la personalidad de su autor”.
Si el alcalde de Niza, Christian Estrosi, compartía el mismo punto de vista que Gérald Darmanin, afirmando que quería que Marine Le Pen fuera “derrotada en las urnas, no en los tribunales”, la izquierda pero también parte del campo presidencial y la derecha Repudió al ex Ministro del Interior.
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El primer secretario del PS, Olivier Faure, denunció así “una gran violación del principio de separación de poderes y la acusación implícita de justicia política. Buen combo”. La misma historia para el diputado socialista por Calvados Arthur Delaporte, que bromeó diciendo que “un ex ministro del interior […] defiende una justicia de dos niveles con penas mínimas para unos e impunidad para otros.
Xavier Bertrand, presidente de la región de Altos de Francia (Gérald Darmanin es elegido en Tourcoing), le recordó este jueves en RTL que “la ley existe”. “Se aplica a todos y nadie está por encima de la ley”.
“No debería haber dicho eso, especialmente un ex ministro del Interior”, abordó Xavier Bertrand.
E incluso Marine Le Pen sería inelegible, lo que no supone ningún escándalo democrático para Xavier Betrand ya que “tienen un candidato alternativo, se llama Bardella y simplemente está esperando eso”.
“Profundamente impactante”, jueza Nathalie Delattre
Inquietud en el seno del propio Gobierno, ya que a la ministra responsable de las Relaciones con el Parlamento, Nathalie Delattre, “le resultó profundamente impactante comentar una decisión judicial”. “Hay un tiempo político, hay un tiempo judicial”, recordó.
La defensa debe declararse a partir del lunes y el juicio finalizará el 27 de noviembre. El tribunal no tomará su decisión hasta dentro de varios meses. Marine Le Pen y todos los acusados se enfrentan a penas de hasta 10 años de prisión y una multa de un millón de euros.