Carlitos ha vuelto. El tenista español acudía al duelo ante Andrey Rublev tras sufrir una apoteósica derrota ante Casper Ruud por 0-2, donde el español no sabía ni por dónde le venía. Dos días después volvía a saltar a las pistas para enfrentarse al ruso. Esta vez ya recuperado, al menos parcialmente y con las energías renovadas, y eso se sintió en su juego. Los detalles de calidad levantaron en varias ocasiones a los aficionados presentes en las gradas e hicieron vibrar a los espectadores que siguieron el duelo desde la pantalla. Pero un punto en especial que destacó por encima del resto.
Con una tira nasal rosa para poder respirar, Carlitos saltaba a las pistas para medirse ante Rublev e intentar sacar una victoria para poder seguir avanzando en la Copa de Maestros o, al menos, intentarlo, dado que nada le aseguraba su supervivencia. Rublev fue el primero en servir y nada más poner la bola en movimiento, quedó evidenciado que Carlitos, aunque no estaba en plena forma, sí volvía a recuperar sensaciones.
Al menos, ya no vagaba por la pista, ya no se iba arrastrando, totalmente desubicado. La rotura de saque no tardó en llegar. Con 3-3 en el marcador, Alcaraz metió una marcha más para llevarse el servicio del ruso y volver a rugir como hacía tiempo que no lo hacía. Puño al aire y grito de celebración. Un hecho que se volvió a repetir dos juegos más tarde y permitió a Carlitos llevarse el primer set con un 6-3.
En el segundo set, Rublev puso su derecha a trabajar y la victoria comenzó a resistirse para Carlitos, incapaz de encontrar fisuras en el juego del ruso. Los puntos fueron pasando sin que ninguno fuera capaz de imponerse en el marcador a su oponente. Y entonces, llegó un inevitable tie break para decidir el encuentro. Ahí ya Alcaraz no falló y se llevó la muerte súbita para cerrar el duelo en dos sets. Ahora debe esperar a conocer los resultados del resto de encuentros y hacer cuentas para saber si continúa avanzando en las ATP Finals o no.
Alcaraz no solo dio muestras de que estaba recuperado de su enfermedad, sino que también dejó sobre la pista detalles de calidad, esos que acostumbra a firmar en sus partidos y que levantan a todo el estadio. En el tie break, 4-3 para el español, este servía para tratar de ampliar distancias. Tras intercambiar varios golpes, el de Murcia consiguió devolver la bola tras un derechazo del ruso. Para ello necesitó incluso una gran estirada, pero lo cierto es que consiguió sacar una dejada, que Rublev alcanzó y cambió de lado el punto. Carlitos de espaldas a la red lanzó un globo de revés a su oponente para después rematarle con un revés al fondo de la pista, ya inalcanzable para su oponente.