A Las Vegas, Nevada
Especular sobre las “propuestas más locas” de Donald Trump es un ejercicio difícil pero emotivo. A lo largo de su carrera y durante esta larga campaña presidencial, el presidente electo a menudo ha hecho propuestas controvertidas y poco convencionales que han cautivado y polarizado a la gente.
Aquí hay diez ejemplos de pasos o acciones que hipotéticamente podría tomar, reflejando su estilo y retórica de gobierno. Estos podrían seducir fácilmente a sus partidarios y al mismo tiempo plantear interrogantes sobre los valores fundamentales de la democracia estadounidense.
Poner fin a los derechos sobre la tierra
Donald Trump podría intentar redefinir la 14ª Enmienda de la Constitución para poner fin a la ciudadanía automática para los niños nacidos en suelo estadounidense, a menos que sus padres tengan un estatus legal. Lo justificaría por el deseo de reducir la inmigración ilegal.
Pero tal medida requeriría un decreto presidencial o una revisión constitucional, lo que plantearía importantes desafíos legales. Los oponentes demócratas, y algunos republicanos moderados, del presidente electo temen que la medida pueda crear una población significativa de apátridas, empeorando las tensiones relacionadas con la inmigración.
Cambiar las leyes electorales
Durante muchos años, y particularmente durante las elecciones presidenciales de 2020, Donald Trump ha expresado su desconfianza en el sistema electoral. Podría intentar imponer leyes federales que exijan una identificación al votar, restringir el voto por correo y reformar el Colegio Electoral.
Sus partidarios dicen que las medidas fortalecerían la integridad electoral, mientras que sus oponentes las ven como un intento de reducir la participación de votantes minoritarios y marginados, amenazando una vez más el sistema democrático estadounidense. Como siempre en Estados Unidos, todo depende de qué lado te coloques.
Expulsar a los opositores y abolir las protecciones migratorias
Donald Trump podría considerar utilizar la Ley de Enemigos Extranjeros para expulsar rápidamente a los grupos que considera amenazas, como miembros de pandillas o cárteles. Además, podría poner fin a programas como DACA (para jóvenes inmigrantes indocumentados que llegaron siendo niños) y TPS (estado de protección temporal), exponiendo a cientos de miles de personas a la deportación.
Yendo aún más lejos –de un republicano siempre hay que esperar cualquier cosa–, podría incluso llegar a proponer la expulsión de rivales políticos o de individuos a los que acusa de “antiamericanos”, una idea que escandalizaría a la opinión pública y plantearía problemas de respeto. por los derechos civiles.
Plataformas de redes sociales de bozal
Durante muchos años, Donald Trump ha acusado a menudo a las grandes empresas tecnológicas de censurar las voces conservadoras. Recientemente, atacó a Google alegando que Google News favorecía los artículos prodemócratas y amenazó con demandar a la empresa. Como tal, el nuevo presidente podría proponer la revisión o abolición de la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, que protege a las plataformas contra demandas relacionadas con el contenido publicado por sus usuarios.
En un enfoque más radical, uno podría imaginar al gobierno tomando el control o creando una alternativa pública a las redes sociales, con el pretexto de garantizar la libertad de expresión. Esto genera preocupaciones sobre la censura y el control gubernamental.
Crear un “ministerio de la verdad”
Ante su guerra declarada contra las “noticias falsas”, que propaga alegremente, Donald Trump podría proponer una agencia federal para controlar y evaluar la veracidad de las informaciones publicadas por los medios de comunicación.
Una institución de este tipo, oficialmente destinada a combatir la desinformación, podría verse como una herramienta para limitar la libertad de prensa y desacreditar a los opositores. Esto provocaría intensos debates sobre la Primera Enmienda y el lugar de los medios de comunicación en una democracia.
Lanzar un medio estatal
Es realmente improbable, pero Donald Trump podría impulsar la creación de una red de medios financiada por el Estado para contrarrestar a los medios tradicionales, a los que acusa de parcialidad sistemática en su contra. Empezamos desde el principio con Kamala Harris en ABC News, un medio de comunicación generalista al que Donald Trump ha llamado en repetidas ocasiones ABC News “falsas”.
Inspirándose en ejemplos como el Russia Today (RT) en Rusia, esta red podría presentarse como una fuente “imparcial”, pero sus oponentes la verían como una herramienta de propaganda. Suficiente para revivir los temores de un control autoritario sobre los medios independientes. Una vergüenza en un país que defiende con uñas y dientes la libertad de expresión.
Hacer del inglés el idioma oficial
Aunque Estados Unidos nunca ha tenido un idioma oficial, Donald Trump podría decidir hacer del inglés el único idioma oficial reconocido por el gobierno federal. Esta iniciativa incluiría eliminar los servicios multilingües para documentos gubernamentales, requerir dominio del inglés para acceder a ciertos servicios públicos y eliminar la educación bilingüe en las escuelas públicas.
Los partidarios dicen que tal medida fortalecería la unidad nacional, pero los opositores dicen que marginaría a las comunidades que no hablan inglés y socavaría los derechos de las minorías y los pueblos indígenas.
Vender tierras federales
Para reducir la deuda nacional o estimular la economía, es totalmente posible vender tierras federales protegidas a empresas privadas para el desarrollo industrial o energético.
Sin duda, una medida de este tipo sería bien recibida por los partidarios de una desregulación total (el Partido Libertario, por ejemplo). Pero provocaría una feroz oposición de ambientalistas y comunidades indígenas, debido a los potenciales impactos sobre los ecosistemas, la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.
Conceder clemencia a los participantes en el asalto al Capitolio
Donald Trump podría indultar en masa a los implicados en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, justificando esta decisión como una forma de “corregir una injusticia” contra los “patriotas”.
Una medida así no tendría precedentes y dividiría profundamente al país, y algunos lo verían como un intento de legitimar un ataque a la democracia estadounidense. También reforzaría los temores de movimientos extremistas alentados por tal precedente. También podemos añadir –seguramente lo hará– que pondrá fin a todos los procedimientos judiciales en su contra.
Abogando por una presidencia vitalicia
Donald Trump ya ha mencionado, incluso en forma de broma, la idea de abolir el límite de dos mandatos presidenciales impuesto por la 22ª enmienda. En un posible segundo mandato, podría impulsar esta idea, argumentando que garantizaría la estabilidad nacional.
Sin embargo, una propuesta de este tipo requeriría una enmienda constitucional compleja, lo que hace que su adopción sea muy improbable. Incluso la mera sugerencia de este cambio alimentaría las comparaciones con regímenes autoritarios y generaría preocupaciones sobre la erosión de los principios democráticos.