Vinci ha reducido el acceso a las instalaciones de entrega de la terminal únicamente a usuarios ocasionales. Una operación justificada por la canibalización del lugar por enjambres de lanzaderas que conectan la plataforma con los aparcamientos privados de la zona. Los profesionales culpan al golpe.
Le Fígaro Nantes
El suelo de las vacas a veces tiene dificultades para seguir el ritmo de los ballets aéreos. El relanzamiento de las cifras de asistencia a la plataforma basta para hacer sonreír a la sede de la dirección del aeropuerto de Nantes-Atlantique. Con un aumento del tráfico del 13% desde principios de año, la terminal debería volver a alcanzar la marca de los siete millones de pasajeros anuales, cerca de su récord anterior a Covid, establecido en 2019 (7,2 millones), en un contexto de tráfico aéreo global. frenesí. La buena salud aérea y aeroportuaria de la plataforma choca, sin embargo, con las dimensiones de sus infraestructuras. Y el número limitado de plazas de aparcamiento. En los alrededores del aeropuerto, la competencia de una serie de operadores de aparcamientos privados se ha convertido de forma lenta pero segura en una competencia silenciosa. Una guerra formada por lanzaderas sometidas y viajeros exasperados.
Todo comienza con la congestión en el punto de entrega del aeropuerto. El concesionario de la plataforma Aéroports du Grand Ouest (AGO), filial de Vinci, ha emprendido un proyecto de urgencia por valor de 25 millones de euros para mejorar, entre otras cosas, las zonas de aparcamiento y los accesos a la terminal. Novedades que no verán la luz antes de 2025 como muy pronto. Decidida a hacer que el tráfico fluya lo más rápido posible, la AGO decidió en abril modificar las condiciones de uso del punto de bajada, centrándose en la flota de minibuses y monovolúmenes que circulaban con frecuencia desde aparcamientos privados. El aparcamiento lanzadera, que antes era gratuito, ahora cuesta 100 euros a partir del tercer pasaje diario. Un coste prohibitivo para estos vehículos que realizan, de media, unas cuarenta rotaciones al día.
Decisión “unilateral”
Esta nueva norma tomó por sorpresa a los quince aparcamientos privados afectados, que ahora se ven obligados a dejar a sus pasajeros en un aparcamiento exclusivo, a 600 metros de la terminal. Una distancia que deben afrontar a pie y con equipaje, llueva o haga sol, mientras cruzan carreteras peligrosas y transitadas. Los operadores afectados denunciaron en las columnas de Oeste de Francia esta decisión de la AGO, de la que sólo fueron informados dos semanas antes.
“Vinci decidió estacionarnos lejos de la terminal, degradando así, contra nuestra voluntad, nuestro servicio que no sólo consiste en vigilar los vehículos, sino también en dejar a nuestros clientes de forma segura en las puertas de la terminal”testifica por El Fígaro Tomás Leneveu. El director del aparcamiento de Izipark lamenta la solución gordiana adoptada “unilateralmente” por el aeropuerto para solucionar de una vez por todas la canibalización de la devolución por parte de las lanzaderas del aparcamiento. “Podríamos imaginarnos compartir el uso del anillo unidireccional reservado a taxis y VTC, ya que al fin y al cabo también ofrecemos un servicio profesional de transporte de viajeros. Pero nuestras propuestas quedaron en letra muerta”.añade el directivo.
Desde hace seis meses, varios aparcamientos privados se han visto obligados a reducir sus precios con la esperanza de conservar a sus clientes. Otros se han visto obligados a no poder aceptar más clientes con discapacidad motriz, debido a la distancia que tienen que recorrer. La competencia ha aumentado y todos están recortando sus márgenes. Como un flashback de la época del frenético desarrollo de estos aparcamientos privados, hace unos diez años. Y si bien en Izipark todavía no se ha observado una caída notable de la actividad, Thomas Leneveu se hace eco de las declaraciones preocupadas y de los comentarios de clientes decepcionados o exasperados por esta nueva situación.
vaso medio lleno
Sin embargo, la desgracia de una persona es asunto de otra. La importante limpieza de primavera llevada a cabo por el aeropuerto de Nantes beneficia al mayor operador del sector, Alterpark. Propietaria de un gran aparcamiento vecino, la empresa gestiona parte de las plazas de aparcamiento de la plataforma, en el sector descentrado P11, conectada a la terminal mediante lanzaderas gratuitas con acceso privilegiado, las únicas que aún pueden dar servicio a la terminal. Este subcontratista también ha puesto en marcha un servicio de aparcacoches.
Otros actores lo están haciendo bien y aprovechando su ventajosa ubicación, en las inmediaciones del aeropuerto, como Aéropark y Proxi-Park. “Los compañeros tienen su parte de responsabilidad, porque sus lanzaderas bloqueaban cada vez más el tráfico porque permanecían demasiado tiempo en los pasillos. La situación se había vuelto realmente complicada, no había disciplina”señala un responsable de aparcamiento que, en la reconfiguración del mercado de aparcamientos en torno al aeropuerto de Nantes, ve el vaso medio lleno. Y esto, a pesar “Algunas tensiones entre profesionales” y una mayor competencia de los estacionamientos ilegales.
Solicitado por El Fígarola dirección del aeropuerto de Nantes-Atlantique supone haber revisado las normas de utilización de la bajada, alegando los problemas de seguridad y de accesibilidad causados por la congestión del lugar, que “sólo funciona si todos juegan”. Uso exclusivo y siempre gratuito del servicio de entrega para “usuarios ocasionales” habría dado sus frutos, con una mejora general del tráfico y la fluidez. A pesar de sus más de 7.500 plazas, los distintos aparcamientos de la plataforma de Nantes permanecen periódicamente saturados, especialmente durante el período vacacional. Un problema que es poco probable que desaparezca en los próximos años.