Un ejército de brujas se cruzó en el camino del Athletic cuando planeaba doblegar ampliamente al Betis. Solo así se puede entender que el batallón de Valverde repartiera los puntos en un partido en el que tuvo decenas de ocasiones de gol que fue arruinando con remates inverosímiles, envíos a los postes y disparos al muñeco, es decir a Rui Silva. Muchas acciones eran en boca de gol, para empujar, y de forma increíble se extraviaron. Y quizá lo mejor es la sensación de que podían haber arruinado del todo la noche y abrocharon el botín más exiguo. Es lo que tiene este juego: a veces haces gol de la nada, con el culo, y otras fabricas decenas y decenas de jugadas punzantes en un partidazo y te quedas con unas tablas mustias. Frente a esa inoperancia, el cuadro de Pellegrini sacó petróleo en lo poco que exploró en el área de Agirrezabala. Los dioses estaban del lado de los heliopolitanos, que harían bien si encuentran un despacho de lotería abierto en la ciudad del Guggenheim en llevarse una serie completa para Navidad.
Guruzeta y Jauregizar se cayeron a última hora por una lumbalgia y una dorsalgia, respectivamente. El personal se frotaba los ojos ante la mala sombra de la primera parte. Era una catarata incesante de ocasiones, casi todas por la banda izquierda, donde Bellerín pedía auxilio porque no sabía por dónde empezar a la hora de frenar la oleada rojiblanca. Tres postes y una actividad frenética con remates clarísimos que no acabaron en la red sin una explicación posible. Eso es lo que ocurrió, que los leones perdonaron la vida a los sevillanos.
El frente ofensivo formado por los Williams y Djaló intercambiaba posiciones continuamente para desesperación de la zaga verdiblanca, que perdía continuamente las referencias a las que poner los grilletes. Álvaro al fin mostró su versión buena. Ofreció el primer pase de gol, que extrañamente remató Nico metiendo el exterior del pie izquierdo, cuando con el interior habría quedado enlatado ese cuero. Eso sí, parecía haber fuera de juego. Iñaki se dio un festín de pases para marcar. En el minuto 13 un desmarque ultrarrápido de Sancet por el eje central permitió al 9 un servicio exquisito en bandeja, pero el mediapunta la pegó a romper de empeine en vez de empujar tocadita. Errores técnicos y desgracias varias impedían marchar con un 3-0 al descanso. El monólogo se disfrazó de debate igualado con empate sin goles. Los leones sacaron música de la madera de Silva, con un larguerazo de Iñaki, un remate en llegada de Sancet y un córner rematado por Paredes.
El Betis sufría como un condenado sin el balón. Su sistema saltaba por los aires con el rock and roll de Valverde, esa forma de moverse por el campo apretando alto, metiendo mucho ritmo y a la carrera. El Chimy, pitado estos años por una acción muy dura con Nico en el pasado cuando jugaba con Osasunatuvo un contrataque, pero no hizo un buen control orientado y se fue al suelo él solo cuando trataba de encarar a Agirrezabala. El argentino y Roque son jugadores terminales, el juego no suele madurar en sus pies y estaban sin alimento. Altimira y Johnny estaban muy estáticos y veían pasar la bola. Así que todos dependían de los de fuera, Fornals y Abde, pero estaban muy bien vigilados.
A la media hora, el cuadro verdiblanco, agotado de tanto ver pasar rivales a todo trapo, intentó bajar pulsaciones. Con posesiones XXL, llevando el choque a su terreno. Porque aquel descontrol le iba muy mal. Pero el balón se aburría entre sus piernas, habrían sido castigados con juego pasivo en caso de tratarse de un choque de balonmano. Iñaki persistía, no paró hasta la extenuación. El enésimo remate claro en área visitante se fue esta vez al muñeco, se la encontró Rui Silva.
Cómo lo tendría que ver Pellegrini para remover los cimientos de su equipo al descanso. Tres cambios nada menos. Altimira, Chimy y Bellerín, reducido a cenizas con los tres jugadores que le encararon constantemente, a la caseta. Saltaron al verde Assane, Losada y Sabaly. También mudó el sistema, con un manejador desde atrás como Johnny, una línea de cuatro que encumbró Fornals dejando el costado para coger la batuta, verticalidad por las orillas y una referencia en punta. Y la cosa varió, vaya que sí. Al poco de arrancar, Assane encontró la espalda de Yuri y centro al área, donde apareció solo Fornals para marcar. Un gol cargado de emoción, pues se acordó de su Castellón natal. Y en Bilbao refrescaron un tanto absolutamente memorable con el Villarreal en 2018. Primer remate a puerta y a la cazuela tras un asedio ensordecedor, eso sí que es efectividad. El que perdona, la paga, era el resumen abrazado al tópico futbolístico.
De todos modos, ese nuevo panorama no hundió a los locales, que siguieron igual, aunque con la constante de fallar en la estocada. Sancet seguía ofuscado, empeñado en buscar la potencia en vez de la colocación. Como en otra ruptura al espacio en el minuto 64 con centro de Iñaki que cruzó mucho. Agirrezabala salvó el 0-2 ante Losada en un contragolpe fulminante de los visitantes en el 64′con cuatro para dos. Pero el Athletic al fin encontró la tecla afinada que sonaba a gol en el 69′, con una combinación por banda derecha entre Iñaki y De Marcos: este la elevó al área y allí entre los centrales remachó de cabeza Berenguer, un tanto que puede parecer poco habitual en un extremo de su tamaño, pero lleva cuatro por la estratosfera en los 25 que firma en Primera. El propio Álex había estado en el origen de ese tanto.
Para no perder la costumbre, tras ese gol tocaba otra visita a la esfera de lo paranormal. Un toque preciso de Nico que llevaba implícito medio gol fue rematado de forma forzada por Herrera y se la volvió a encontrar Rui Silva, que tenía un imán. El choque se desmadró en los compases finales, con ocasiones en área verdiblanca cogiendo muy bien la espalda a la zaga, una tradición ya, y algún contraataque de los de Pellegrini, como uno con error de Yuri que no pudo concretar Bakambu. La goleada estuvo llamando a la puerta de forma continua, pero todo quedó en empate a uno. Iñaki acabó derrengado sin el premio que merecía. El Athletic está pletórico, espanta las dudas que sembró ante el Slavia y Mallorca. Pero son sensaciones, y estas muchas veces no se canjean por puntos.
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Cambios
Iker Losada (45′, Sergi Altimira), assane diao (45′, Chimy Ávila), Youssouf Sabaly (45′, Héctor Bellerín), Alex Berenguer (64′, Álvaro Djaló), Ander Herrera (69′, Íñigo Ruíz de Galarreta), Javier Martón (69′, Oihan Sancet), Cedric Bakambu (71′, Vítor Roque), Andoni Gorosabel (78′, Óscar De Marcos), Unai Gómez (78′, Beñat Prados), NATAN (88′, Marc Bartra)
Goles
0-1, 51′: Fornales1-1, 67′: Berenguer