Criticado, pero insustituible. Después de su doblete la semana pasada en Montpellier, Zakaria Aboukhlal ofreció una valiosa victoria al Toulouse ante el Reims (1-0), suficiente para calentar un poco la relación con su afición. Los Rémois sufrieron una tercera derrota consecutiva y firmaron un nuevo partido demasiado complicado, tanto en términos de creación como de gestos finales.
Decepcionado por el desempeño general, Joseph Okumu no necesitó entrar en detalles para señalar el problema del Champenois en las últimas semanas. “Si marcamos un gol, marcaría la diferencia” resumió el defensa keniano. Una observación que encaja bien con este decepcionante encuentro en la creación. A pesar de otro gol encajado (todavía sin portería a cero esta temporada), el equipo de Luka Elsner mostró buenas cosas en defensa. Pero al acercarse a la superficie contraria, el colectivo y la solidaridad detrás dieron paso a conexiones casi inexistentes entre los jugadores, pero sobre todo a demasiados gestos confusos.
Aboukhlal, misión de reconciliación
Sólo un larguero de Kieto Nakamura tras un buen centro de Junya Ito (81) preocupó realmente a Guillaume Restes, que estuvo muy atento a los pocos intentos del Reims. Al igual que Toulouse, Reims terminó este encuentro con 13 tiros, pero sólo 2 a puerta frente a 6 de sus rivales.
Jugadores de Téfécé que tomaron ventaja al final de este encuentro. En una aceleración hacia la derecha, Gabriel Suazo, más a la izquierda, aprovechó el espacio para lanzar justo delante de él a Aboukhlal, cuya precisa zambullida hizo explotar el Estadio (84º). El marroquí incluso salió entre aplausos al final del encuentro, con el rostro cerrado. La relación algo tensa entre ambas partes bien podría aliviarse gracias a las recientes buenas actuaciones del jugador.
Reims en duda
Este último creyó abrir el marcador al final del primer tiempo con un cabezazo rechazado con un magnífico reflejo de Yevhann Diouf, salvado unos segundos más tarde en su línea por su defensa. La única preocupación real durante los primeros 45 minutos la tuvo el Reims, que defendió mejor, pero aun así perdió.
Tercera derrota consecutiva y sobre todo los primeros puestos que se alejan. Ahora hay que mirar atrás con el estómago blando y más apretado que nunca en la Ligue 1. Cuatro pequeños puntos separan a Rémois, 8º, y Saint-Étienne, 16º.