Cuando Frederico Varandas tomó la decisión de pagar 10 millones de euros por Rubén Amorim, pocos podían imaginar que, cuatro años y medio después, el Sporting sería el candidato más fuerte para ganar un campeonato consecutivo que se les escapa desde hace 70 años. El principal artífice del éxito deportivo del Sporting tiene un nombre: Rubén Amorim. Es difícil imaginar un mejor entrenador para el Sporting. Rubén Amorim tiene cualidades únicas y nadie quería que se fuera, especialmente a mitad de temporada.
Sin embargo, el legado de Rubén Amorim es tanto de él como del Sporting. Por tanto, también es difícil imaginar una situación tan favorable (e inusual) para la contratación de un nuevo entrenador. No recuerdo, en mi vida, haber visto al Sporting con una clara ventaja en todos los frentes respecto a sus rivales. El club no sólo se encuentra en una situación financiera y “política” considerablemente mejor, sino que la ventaja deportiva también es evidente. Contrariamente a lo habitual, Rubén Amorim dejará un club que, en lugar de empezar de cero, tiene una ventaja de 3 y 8 puntos sobre Porto y Benfica, respectivamente (a falta de 9 y 10 partidos para recuperar la desventaja), ya asegurada. 7 puntos en la Liga de Campeones y mantuvo a todos los jugadores clave de la plantilla, además de fichajes sólidos y talento joven para desarrollar. De hecho, es muy difícil imaginar una situación más favorable para atraer a un entrenador al Sporting.
Incluso si la dirección del Sporting decide dar a João Pereira la oportunidad de continuar el proyecto de Ruben Amorim, es importante aclarar que se trata de una decisión deportiva y no de una solución improvisada, ya que no hay ninguna razón para que el Sporting no controle su destino en este momento. .
Es cierto que sustituir a un entrenador en una fase tan temprana de la temporada es un desafío mayor que hacerlo al final, pero la sustitución de Rubén Amorim y, más tarde, Hugo Viana podría resultar una excelente oportunidad para el Sporting. Ambos estarán codo a codo en una ciudad que respira fútbol, en la liga más competitiva y rica del mundo, particularmente en dos de los clubes con mayores recursos económicos. Una vez más, resulta difícil imaginar un escenario mejor para mejorar sustancialmente las relaciones deportivas con la Premier League y extraer así mejores resultados económicos y deportivos. Dependerá del Sporting tener el ingenio y la sabiduría para sacar el máximo partido a esta situación.
El Sporting afronta una prueba compleja, pero que podría consolidar su posición como el club más fuerte del panorama futbolístico nacional. La abrupta salida de Amorim podría servir como catalizador para una unidad aún mayor entre el equipo (en lugar de la presunta melancolía de una salida anunciada) y los aficionados. Está en nuestras manos, aficionados, enviar esta señal de fuerza, sin dramas ni resentimientos, para que el club pueda superar esta prueba con distinción, considerando que si la directiva de Varandas no la supera, será difícil recuperarse, empatando para siempre. Su (nuestro) éxito se debe únicamente a Rubén Amorim, que es y debe seguir siendo un ídolo del Sporting Clube de Portugal.
Hace cuatro años y medio nos preguntamos “¿Y si funciona?” sin ninguna fe en esta profecía. Hoy debemos preguntarnos: “¿Por qué no debería funcionar?”